Guías: déficit de vitamina D y curso grave de COVID-19. Parte 2

21.08.2020
Niedobór witaminy D a ciężki przebieg COVID-19 – czy istnieje związek?
Arkadiusz Zygmunt (MD, PhD), prof. Andrzej Lewiński (MD, PhD)

Cómo citar: Zygmunt A., Lewiński A., Niedobór witaminy D a ciężki przebieg COVID-19 – czy istnieje związek?, Med. Prakt., 2020; 7-8

Siglas y abreviaturas: Ang-II — angiotensina II, COVID-19 (coronavirus disease) — enfermedad por coronavirus 2019, ECA-II — enzima convertidora de la angiotensina II, PTH — paratohormona, SARS-CoV-2 — coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, SDRA — síndrome de dificultad respiratoria aguda

Conclusiones a partir de los datos disponibles

Aunque no hay indicaciones para la determinación rutinaria de las concentraciones séricas de 25(OH)D en todos los pacientes, deben identificarse los grupos de riesgo (con mayor frecuencia pacientes crónicos) que pueden sufrir un déficit de vitamina D. Los trastornos que favorecen este déficit se resumen en la tabla.12 Merece la pena considerar la posibilidad de complementar el diagnóstico con pruebas del metabolismo del calcio y el fosfato, es decir, la determinación del calcio total, fósforo y PTH, además del 25(OH)D (la prueba debe realizarse por la mañana, en ayunas). En caso de déficit de vitamina D (particularmente manifiesta), pueden observarse las características bioquímicas del hiperparatiroidismo secundario (concentraciones de calcio y fósforo normales pero bajas o reducidas, concentración de PTH aumentada, concentración de 25(OH)D reducida). Los principios para la suplementación de vitamina D en función de la concentración sérica de 25(OH)D se muestran en la figura.14 La última revisión de los estudios realizados por NICE confirma que, actualmente, no existen datos que indiquen que el uso de vitamina D sea importante tanto para la prevención como para el tratamiento de COVID-19. Sin embargo, los autores enfatizan la necesidad de combatir un déficit grave (manifiesto) de vitamina D, es decir, concentración de 25(OH)D <10 ng/ml (25 nmol/l). Tomar vitamina D a dosis de 400-1000 UI/d resuelve el problema del déficit grave de vitamina D y, al mismo tiempo, es completamente seguro. El uso de dosis más altas también es posible, pero no se deben exceder las 4000 UI/d.15,16 Se ha señalado que la toma crónica de una dosis excesiva de vitamina D puede ser dañina, conduciendo, entre otros, a la hipercalcemia.15 También en la declaración conjunta del 9 de julio de 2020 de la American Society for Bone and Mineral Research, la Endocrine Society, la American Association of Clinical Endocrinologists, la European Calcified Tissue Society, la National Osteoporosis Foundation y la International Osteoporosis Foundation sobre el uso de vitamina D durante la pandemia de COVID-19, se propone la administración de suplementos de vitamina D a dosis de 400-1000 UI/d para la mayoría de los adultos, incluso durante los meses de verano, si la exposición diaria a la radiación solar no excede los 15-30 minutos.17

Tabla. Factores de riesgo de déficit de vitamina D12
Suministro limitado de vitamina D Ingesta insuficiente de vitamina D
Trastornos alimentarios (dieta incorrecta, pobre)
Exposición limitada a la radiación solar
Trastornos de absorción Síndrome del intestino corto
Pancreatitis crónica
Enfermedad inflamatoria intestinal
Amilosis
Enfermedad celíaca
Trastornos de absorción después de cirugía bariátrica
Trastornos de la función hepática Efectos secundarios de algunos fármacos antiepilépticos (aumento de la actividad de la 24-hidroxilasa)
Enfermedad/insuficiencia hepática grave (disminución de la actividad de la 25-hidroxilasa)
Trastornos de la función renal Edad avanzada (actividad reducida de la 1α-hidroxilasa)
Insuficiencia renal, filtración glomerular reducida <60 % (actividad reducida de la 1α-hidroxilasa)
Síndrome nefrótico (reducción de las proteínas que transportan la vitamina D en la sangre)

En resumen: hay muchas hipótesis que indican que el déficit de vitamina D (particularmente manifiesto y grave) puede afectar la resistencia del organismo a una infección, incluido el riesgo de infección por SARS-CoV-2 y el curso de la COVID-19, pero no hay pruebas convincentes de ello. En la actualidad, el tratamiento más apropiado parece ser el que sigue las recomendaciones de los expertos,13 es decir, la prevención del déficit de vitamina D y, si se detecta, el uso de una dosis terapéutica apropiada.

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Fig. Principios para el manejo y la suplementación de vitamina D en función de la concentración sérica de 25(OH)D (modificado)13,14

A recordar


• Debe evitarse el déficit de vitamina D, ya que hay muchos indicios de que el déficit de vitamina D (particularmente grave) puede afectar al sistema inmunológico.
• No hay datos científicos que justifiquen el uso de la vitamina D para la prevención de la infección por SARS-CoV-2 o el tratamiento de la COVID-19.
• Tomar altas dosis de vitamina D en comparación con las dosis estándar no es más beneficioso, y existe la preocupación de que pueda ser perjudicial.
• En la actualidad, lo más apropiado parece ser la prevención del déficit de vitamina D y, si se detecta, el uso de una dosis terapéutica adecuada.

Bibliografía:


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16. https://www.nhs.uk/conditions/vitamins-and-minerals/vitamin-d/ (consulta: 9.07.2020)
17. Joint guidance on vitamin D in the era of COVID-19, 9.07.2020, https://www.endocrine.org/ news-and-advocacy/news-room/2020/joint-guidance-on-vitamin-d (consulta: 16.07.2020)
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