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Resumen
Las guías de la OARSI y la ACR consideran numerosas intervenciones no farmacológicas y distintos fármacos. Relativamente pocos tratamientos han obtenido una recomendación positiva fuerte en la mayoría de pacientes con artrosis. La mayoría de recomendaciones positivas son condicionales, lo que significa que pueden ser útiles en determinados grupos de pacientes. Las divergencias a la hora de evaluar algunos tratamientos, por ejemplo el paracetamol y las inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico, se deben a la falta de datos concluyentes de eficacia y seguridad. Cabe subrayar que todas las intervenciones pertenecen al tratamiento sintomático. Reducir la masa corporal y prevenir las lesiones (p. ej. mediante ejercicios para mejorar el equilibrio) puede ser clave para ralentizar la progresión de la artrosis de miembros inferiores. Sin embargo, no hay fármacos que ejerzan una influencia beneficiosa demostrada en el curso de la artrosis.
Resumiendo: el tratamiento de la artrosis requiere un enfoque integral e individualizado en función del paciente. La educación sobre la enfermedad y sus posibilidades de tratamiento constituye un elemento fundamental del manejo terapéutico. A la hora de elegir el tratamiento, se deben considerar la forma y la gravedad de la artrosis, las comorbilidades, la disponibilidad de la terapia y las preferencias del paciente. La combinación de varios tratamientos (p. ej. no farmacológicos y farmacoterapia) puede ser más eficaz que la monoterapia. Teniendo en cuenta la diversidad de los tratamientos, los pacientes deben estar controlados por equipos multidisciplinares compuestos por un reumatólogo, un ortopeda, un fisioterapeuta y un psicólogo.
