Tratamiento hospitalario y domiciliario
Los autores de las guías apuntan a la posibilidad de implementar un tratamiento domiciliario de la TVP y el EP siempre y cuando la ETV sea leve, el paciente no presente enfermedades concomitantes que requieran hospitalización, tenga garantizado el apoyo necesario en casa y siga las recomendaciones médicas. Los expertos de la ASH citan datos de los que se infiere que la selección adecuada de pacientes con TVP para el tratamiento domiciliario permite reducir la mortalidad a los 90 días en 19 personas de 1000 en comparación con los pacientes con TVP tratados en el hospital (intervalo de confianza [IC] de 95 %: de 37 muertes menos a 10 más).8 En caso de seleccionar adecuadamente a los pacientes con EP aptos para el tratamiento domiciliario, la mortalidad a 30 días puede reducirse en 2 personas de 1000 en comparación con los pacientes con EP tratados en el hospital (IC de 95 %: de 2 muertes menos a 16 más).9 Sin embargo, estos resultados señalan que también es posible que el tratamiento domiciliario influya negativamente en el tiempo de supervivencia.
En resumen, el tratamiento domiciliario de los pacientes con ETV está permitido, pero solo después de haber confirmado que la TVP o la EP es leve, el riesgo de hemorragia asociado al uso de anticoagulantes es bajo, el paciente cuenta con unas buenas condiciones sociales y que, gracias a la infraestructura médica, se le pueda garantizar el cuidado y la vigilancia adecuados. En algunos países cumplir este último requisito puede ser bastante complicado.