En los años 50 del siglo pasado, el investigador estadounidense Ancel Keys describió por primera vez la dieta mediterránea en la literatura especializada al llevar a cabo el famoso Estudio de los Siete Países.1,2 Al observar las costumbres alimentarias de los habitantes de Japón, Finlandia, Italia, Grecia, Holanda, Yugoslavia y Estados Unidos, se percató de que los habitantes de Creta, la mayor parte de Grecia y el sur de Italia eran los más longevos de Europa y, al mismo tiempo, rara vez desarrollaban cardiopatía isquémica, algunos tumores o hipertensión arterial. Ancel Keys correlacionó las observaciones realizadas en los países mediterráneos con la dieta tradicional, que abundaba en aceite de oliva en Grecia, pescado en Dalmacia y verduras en Italia. Sobre la base de los resultados del Estudio de los Siete Países, los investigadores denominaron "dieta mediterránea tradicional" al modo de alimentación de los habitantes de Creta, la mayor parte de Grecia y el sur de Italia a principios de los años 60 del siglo XX. Entonces, se convirtió en un símbolo de salud que perdura hasta hoy.
La creciente cantidad de pruebas científicas señala inequívocamente que seguir los principios generales de la dieta mediterránea produce numerosos beneficios para la salud.3,4 En efecto, contiene cantidad de nutrientes increíblemente valiosos, con unas propiedades antinflamatorias y antioxidantes que influyen positivamente en el cuerpo humano. La dieta mediterránea es un modelo de alimentación conocido en todo el mundo. Se ha demostrado su eficacia a la hora de reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, incluidas enfermedades cardiovasculares, obesidad, síndrome metabólico, trastornos cognitivos, neoplasias y diabetes tipo 2.4-10 Como demostraron los resultados de un metaanálisis de 16 ensayos clínicos aleatorizados y controlados, seguir la dieta mediterránea a largo plazo, con un déficit energético y realizando ejercicio físico de forma habitual, puede ser un método sumamente eficaz para reducir la masa corporal y mejorar el estado de salud.10
Tabla. Características de la dieta mediterránea11-13 | |||
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Frecuencia de consumo | |||
Varias veces al día | Varias veces a la semana | Varias veces al mes | |
Grupo de productos alimenticios | Verduras y frutas de distinto color Cereales integrales (pan integral, pasta, granos, arroz) Legumbres Frutos secos sin sal, semillas y pepitas Aceite de oliva virgen Productos lácteos naturales (principalmente yogur y quesos) |
Pescado y marisco Carne magra de aves de corral Huevos Vino tinto Dulces |
Carne roja |
Seguir la dieta mediterránea tradicional produce beneficios para la salud cuantificables, es decir, reduce:
• un 27 % el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica 28 %, infarto de miocardio 26 % y ACV 23 %)5
• un 10 % la morbimortalidad a causa de enfermedades cardiovasculares5
• un 5 % la incidencia de neoplasias5
• un 13 % la mortalidad a causa de neoplasias en la población general, y un 25 % la muerte por cualquier causa entre los pacientes con antecedentes de tratamiento por neoplasia (8 % en cáncer de mama, 44 % cabeza y cuello, 16 % vías respiratorias, 17 % intestino grueso, 30 % estómago, 36 % hígado y 13 % vejiga)7
• el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas (en especial, reduce un 40 % el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer)5
• un 19-23 % la incidencia de diabetes tipo 29
• un 31 % el riesgo de desarrollar trastornos cognitivos leves5
• el riesgo de obesidad y síndrome metabólico, tanto en la población sana como en los grupos de riesgo6
• el riesgo de mortalidad en las personas con sobrepeso y obesidad6
• la gravedad de los síntomas en los pacientes con diabetes tipo 2 y/o enfermedades cardiovasculares6
• la presión arterial sistólica (reducción de 1,44 mm Hg) y diastólica (reducción de 0,70 mm Hg)14
• un 37 % el riesgo de muerte en los pacientes con diabetes tipo 215
• un 10 % el riesgo de mortalidad por cualquier causa.16