Guías ACR 2021: vigilancia

26.08.2022
Rozpoznanie i leczenie olbrzymiokomórkowego zapalenia tętnic
Elaborado por: Grzegorz Goncerz (MD, PhD), Marcin Milchert (MD, PhD)

Vigilancia

1. En enfermos con ACG en remisión clínica se recomienda fuertemente realizar un seguimiento clínico prolongado [F].

Comentario: Es la única recomendación fuerte relativa a ACG, que toma en cuenta el riesgo bajo asociado al seguimiento y las posibles consecuencias catastróficas de no realizar tal vigilancia. Se desconocen la frecuencia y duración óptimas del seguimiento. Estas dependen de la duración de remisión, la localización de los cambios, el riesgo de progresión de la enfermedad, el uso de tratamiento inmunosupresor y la capacidad del enfermo para informar sobre la aparición de los síntomas. El seguimiento clínico puede incluir la anamnesis, exploración física y las pruebas de laboratorio y de imagen. El seguimiento no invasivo mediante pruebas de imagen puede evidenciar complicaciones precoces y a largo plazo, como aneurisma y estenosis, así como permitir la evaluación de la estabilidad de los cambios.

2. En enfermos con ACG en los cuales se observa únicamente un aumento de los marcadores inflamatorios, se recomienda de forma condicional realizar el seguimiento clínico y la vigilancia, sin intensificar el tratamiento inmunosupresor [C].

Comentario: La elevación de VHS y aumento de la proteína C-reactiva en suero son marcadores inflamatorios inespecíficos y —siempre y cuando no se presenten síntomas clínicos— no son indicación para intensificar el tratamiento inmunosupresor, aunque pueden justificar el aumento de la frecuencia de controles clínicos y el uso de las pruebas de imagen para estos fines.

Las guías de la BSR difieren en este aspecto, puesto que condicionan la disminución de las dosis de glucocorticoides a la normalización de los marcadores inflamatorios. La posición de la EULAR es bastante imprecisa.5 En caso de todas las vasculitis nos encontramos ante un dilema si las manifestaciones isquémicas son consecuencia de la actividad de la enfermedad o de la exacerbación de la insuficiencia de los vasos lesionados por otros factores. El médico debe solucionar este problema; en general, en situaciones que generan dudas se recurre a la determinación de la proteína C-reactiva, puesto que las pruebas de imagen de grandes arterias raramente proporcionan respuestas sobre la exacerbación de la enfermedad.

Bibliografía:

1. Przepiera-Bedzak H., Brzosko I., Milchert M., Brzosko M., Zapalenia naczyń. En: Wiland P.,red.: Reumatologia 2014–2015 – nowe trendy, Wydawnictwo Termedia, Poznań 2016: 189-199
2. Maz M., Chung S.A., Abril A. y cols., 2021 American College of Rheumatology/Vasculitis Foundation Guideline for the management of giant cell arteritis and takayasu arteritis, Arthritis Rheumatol., 2021; 73: 1349-1365
3. Dejaco C., Ramiro S., Duftner Cy cols., EULAR recommendations for the use of imaging in large vessel vasculitis in clinical practice, Ann. Rheum. Dis., 2018; 77: 636-643
4. Mackie S.L., Dejaco C., Appenzeller S. y cols., British Society for Rheumatology guideline on diagnosis and treatment of giant cell arteritis: executive summary, Rheumatology (Oxford), 2020; 59: 487-494
5. Hellmich B., Agueda A., Monti S. y cols., 2018 Update of the EULAR recommendations for the management of large vessel vasculitis, Ann. Rheum. Dis., 2020; 79: 19-30

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