Profilaxis posexposición de las enfermedades infecciosas: hepatitis B

17.10.2022
Título original: Profilaktyka poekspozycyjna chorób zakaźnych. Wirusowe zapalenie wątroby typu B
Autores: Andrzej Załęski (MD, PhD), Ernest Kuchar (MD, PhD), Anna Kozłowska-Jalowska (MD)

Nota editorial: El presente artículo es la versión actualizada del artículo publicado en el n.o 2/2018 de Medycyna Praktyczna – Szczepienia.
Siglas y abreviaturas: CDC — Centers for Diseases Control and Prevention, HBIG — inmunoglobulina humana antihepatitis B, HBsAg — antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, VHB — virus de la hepatitis B, VIH — virus de la inmunodeficiencia humana

Hepatitis B

El virus de la hepatitis B (VHB) pertenece a la familia Hepadnaviridae y es un virus ADN que se replica principalmente en los hepatocitos. Es la causa tanto de infecciones agudas y sintomáticas, como de infecciones crónicas que son generalmente asintomáticas. La mortalidad en hepatitis B aguda se estima en un 1‑1,5 % y afecta sobre todo a enfermos >60 años. El período de incubación promedio desde la infección hasta la aparición de ictericia es de 90 días (rango: 60‑150 días), y desde la infección hasta el aumento de la alanina aminotransferasa (ALT) de 60 días (rango: 40-90 días).3,4 En niños <10 años normalmente no se observan síntomas clínicos de la infección,5 que incluyen sobre todo: malestar, falta de apetito, náuseas, vómitos, disminución de la masa corporal, debilidad, dolor abdominal e ictericia, así como síntomas extrahepáticos que son un poco menos frecuentes.6

La infección crónica por VHB, es decir aquella que persiste >6 meses, se desarrolla en un 90 % de los neonatos infectados, en un 30 % de los niños <5 años y en <5 % de los enfermos ≥5 años, por lo que la prevención de infecciones perinatales y en los primeros meses de vida es muy importante.7‑9 Aunque en la edad de <10 años se detecta apenas <10 % de los casos de hepatitis B, se estima que las infecciones adquiridas en los primeros años de vida son responsables de un 30‑40 % de las hepatitis B crónicas. Una hepatitis B crónica puede conducir al desarrollo de cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular (CHC).10

La infección por VHB se produce tras la exposición de la piel o de las mucosas dañadas al material infeccioso. El VHB es muy contagioso y resistente a condiciones ambientales, especialmente a altas temperaturas, lo que provocó numerosas infecciones tras obtener atención sanitaria en centros de salud en la época durante la cual el equipo desechable y la esterilización en autoclaves no estaban ampliamente disponibles. Probablemente, el VHB es el patógeno humano más infeccioso (es 50‑100 veces más contagioso que el virus de inmunodeficiencia humana [VIH]). Para que se produzca la infección son suficientes 10 partículas, lo que corresponde a 0,0004 ml de sangre (cantidad invisible a simple vista).11 A temperatura ambiente, el VHB sobrevive más de una semana y puede ser la fuente de infección incluso en caso de contaminación macroscópicamente invisible.12,13

En función de la edad, predominan las infecciones perinatales, infecciones en familia adquiridas de los convivientes infectados, o infecciones por transmisión sexual. La lactancia materna en una mujer infectada por VHB no aumenta el riesgo de infección del niño, por lo que no está contraindicada.15

La interpretación simplificada de los resultados serológicos de la infección por VHB se presenta en la tabla 1. El ADN del VHB se detecta unos 10‑20 días antes del antígeno HBs en suero. La presencia del antígeno HBe indica una mayor infectividad (viremia alta).16

Descripción del caso clínico

Se presentó para el parto una mujer de 32 años en la semana 36 de embarazo. Su situación social fue difícil y vivía de manera temporal en una casa hogar para madres solteras. Se desconocían los datos personales del padre. Según la mujer, el transcurso del embarazo fue normal, pero disponía solo de una documentación médica incompleta que confirmaba la realización de visitas y exámenes a partir de la semana 24 de embarazo. Faltó la información relativa a algunas pruebas de tamizaje recomendadas durante el embarazo, incluidas las pruebas serológicas para la detección de la infección por VIH y VHB, y la citología. La mujer explicó que no sabía que estaba embarazada durante un largo tiempo, y el obstetra no le informó sobre la necesidad de realizar las pruebas mencionadas. En la exploración física de la mujer no se han observado anomalías importantes, salvo la obesidad. Las pruebas de laboratorio demostraron la presencia de anemia microcítica y un leve aumento de la actividad de transaminasas. Los demás resultados de las pruebas de laboratorio básicas fueron normales. Debido a faltas en la documentación, se ordenó la realización de pruebas dirigidas hacia la infección por VIH, virus de la hepatitis C (VHC) y VHB.

Manejo ulterior

Debido a la presencia de anomalías en la cardiotocografía, el embarazo fue resuelto por cesárea unas horas después. El neonato de sexo masculino, que fue el segundo hijo de la mujer, obtuvo la puntuación máxima (10 ptos.) en el test de Apgar. El peso al nacer fue de 2880 g. En la exploración física del niño no se observaron anomalías. Unas horas después del parto llegó el resultado positivo de la determinación del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg) de la mujer. Por esta razón, tras consultarlo con un especialista en enfermedades infecciosas, el neonato fue sometido a la profilaxis posexposición: en las primeras 12 h del parto el niño recibió la vacuna contra la hepatitis B y la inmunoglobulina humana antihepatitis B (HBIG). Además, se recomendó realizar el diagnóstico de la infección por VHB en el hijo mayor de la paciente: según la documentación médica proporcionada por la madre, el primer hijo recibió la vacuna contra la hepatitis B según el programa de vacunación profiláctica, pero no recibió la HBIG.

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