Una mujer de 42 años acudió por iniciativa propia a la ecografía abdominal. Refería un dolor casi permanente en la ingle derecha, presente desde hacía 6 meses, que se intensificaba durante el día. El dolor irradiaba al área superomedial del muslo derecho y no impedía caminar ni permanecer en posición sentada. La mujer no refería problemas con micción ni defecación. Hasta el momento, no tuvo enfermedades graves. Tuvo una hija sana y la gestación finalizó a término con parto vaginal. La madre de la enferma murió a causa de glioma cerebral. El hemograma y el análisis de orina arrojaron resultados normales.
En la ecografía abdominal observé quistes simples aislados en el hígado (hasta 13 mm) y en los riñones (hasta 22 mm). En los demás órganos abdominales no había lesiones patológicas. Ante esta situación, inicié la ecografía abdominal. En el ombligo observé una hernia reducible de 2 cm. En la ingle izquierda no encontré ninguna anomalía. En la ingle derecha observé una lesión uniformemente hipoecogénica de 24 × 19 × 15 mm (fig. 1A) de baja vascularización tras el ajuste del Doppler color al flujo lento: 3,8 cm/s (fig. 1B). La lesión fue casi indolora e inmóvil tras aplicar presión con la sonda, al toser y en la prueba de Valsalva.
Fig. 1.
Pregunta
La lesión visualizada representa:A. una hernia inguinal oblicua estrangulada
B. una hernia femoral estrangulada
C. un neuroma del nervio femoral
D. una bursa iliopsoas aumentada de tamaño
E. un ganglio inguinal superficial aumentado de tamaño
F. un ganglio inguinal profundo aumentado de tamaño
G. una neoplasia maligna
H. una endometriosis
I. un aneurisma de arteria femoral trombosado