A pesar de la introducción de las vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo, la realización de las pruebas endoscópicas sigue asociándose a un riesgo importante de infectarse y padecer esta enfermedad, tanto para el personal sanitario, como para los pacientes. Por esta razón, la European Society of Gastrointestinal Endoscopy (ESGE) y la European Society of Gastroenterology and Endoscopy Nurses and Associates (ESGENA) publicaron una posición actualizada relativa a la realización de las pruebas endoscópicas durante la pandemia y a la protección de los pacientes y el personal de laboratorios de endoscopia frente a COVID-19.10 La ESGE/ESGENA permite el uso de mascarillas quirúrgicas estándar (ante la escasez de las máscaras filtrantes FFP o KN95) durante la endoscopia digestiva alta y/o baja en pacientes con el resultado negativo de la prueba RT-PCR o mediante la amplificación isotérmica de ácidos nucleicos (INAAT) del material tomado a las 48 h previas a la endoscopia, vacunados o convalecientes (hasta 6 meses). Se debe recordar la necesidad de ponerse los demás medios de protección personal (guantes, prendas para la cabeza, gafas, batas impermeables, protección de zapatos). Se recomienda que todos los pacientes preparados para la endoscopia tengan:
1) resultado negativo de una prueba para la presencia del virus (RT-PCR o INAAT), realizada a las 48 h previas a la endoscopia planificada, o
2) documentación del esquema completo de vacunación contra la COVID-19, o de la infección previa por SARS-CoV-2 durante los últimos 6 meses.
Simultáneamente, la ESGE/ESGENA no recomienda determinar los anticuerpos ni realizar pruebas de antígenos antes de la endoscopia planificada. En pacientes con síntomas de COVID-19, se debe en primer lugar realizar una prueba (RT-PCR o INAAT), y en caso de resultado negativo realizar la endoscopia. Los expertos de ESGE/ESGENA recomiendan que todo el personal del servicio de endoscopia completen el esquema de vacunación contra la COVID-19, a no ser que hayan padecido esta enfermedad en los últimos 6 meses. En regiones donde la pandemia limita la posibilidad de realizar pruebas endoscópicas se recomienda determinar prioridades para los procedimientos endoscópicos, teniendo en cuenta las indicaciones clínicas y/u oncológicas.
Además, en 2021 los expertos de ESGE publicaron una actualización de las guías relativas al manejo de hemorragia digestiva aguda no producida por varices.11 El documento es muy extenso, por lo que en este trabajo se exponen solo las recomendaciones seleccionadas. En pacientes hemodinámicamente estables, sin enfermedades cardiovasculares, se deben transfundir los preparados sanguíneos si la concentración de hemoglobina (Hg) es ≤7 g/dl (valor objetivo: 7-9 g/dl), y en personas con historial de las enfermedades cardiovasculares, con una Hg ≤8 g/dl (valor objetivo: ≥10 g/dl). En personas con hemorragia digestiva alta, para estratificar el riesgo antes de la endoscopia se recomienda utilizar el índice de Glasgow-Blatchford (IGB). Un resultado ≤1 pto. indica que el riesgo de la recidiva de sangrado, muerte a los 30 días y necesidad de intervención hospitalaria (transfusión de concentrado de hematíes, tratamiento endoscópico o quirúrgico) es muy bajo y el enfermo no requiere hospitalización, por lo que la endoscopia puede realizarse de manera segura en condiciones ambulatorias. La ESGE recomienda que en personas con hemorragia digestiva alta aguda no se interrumpa la administración de AAS a dosis bajas en monoterapia en el marco de la prevención cardiovascular secundaria (y no primaria). Si se llega a interrumpir el tratamiento con AAS, es necesario volver a instaurarlo cuanto antes, óptimamente en 3-5 días. Los enfermos que en el marco de la prevención secundaria reciben tratamiento antiagregante dual, deben continuar con AAS y descontinuar el segundo fármaco antiagregante, y volver a asociarlo en cuanto se pueda (óptimamente en 5 días). También deben consultar al cardiólogo. Simultáneamente, la ESGE no recomienda transfusiones rutinarias de concentrados de plaquetas en pacientes que reciben tratamiento antiagregante. Tampoco se recomienda la administración de ácido tranexámico en enfermos con hemorragia aguda no provocada por varices. En personas con hemorragia digestiva alta aguda no producida por varices se debe interrumpir la administración de anticoagulantes orales. En enfermos hemodinámicamente inestables que reciben un antagonista de la vitamina K se debe suplementar la vitamina K a dosis bajas y administrar un concentrado de complejo protrombínico (o, si no está disponible, plasma fresco congelado). En personas con hemorragia masiva que reciben un anticoagulante oral no antagonista de la vitamina K se puede considerar la administración de un fármaco que revierte su efecto o de un concentrado de complejo protrombínico.