Siglas y abreviaturas: PET — tomografía por emisión de positrones, RMN — resonancia magnética, TC — tomografía computarizada
Una mujer de 45 años con cáncer cervical diagnosticado 6 meses atrás acudió a una ecografía de consulta. El especialista en obstetricia, ginecología y ginecología oncológica realizó la ecografía abdominal y transvaginal, brindó la consulta médica y anotó en la documentación: "Hace 6 meses un sangrado abundante provocado por cáncer cervical. En el estudio histológico: adenocarcinoma, G2. Se descartó la etiología endometrial y ovárica". Hace 4,5 meses la enferma fue examinada por un ginecólogo experimentado: "Parametrio derecho afectado hasta el hueso, diámetro del tumor superior a 5 cm". En la tomografía computarizada por emisión de positrones (PET-TC) se observó lo siguiente: "Cáncer cervical con 2 focos adicionales en el cérvix y cuerpo uterino. Otros órganos inalterados". Luego, la enferma fue tratada durante 2 meses con fotones por arcoterapia volumétrica modulada (VMAT) en combinación con hipertermia (en la pelvis 50 Gy, 28 fracciones) y braquiterapia de alta tasa de dosis (HDR; 7 Gy; en total 21 Gy), así como con quimioterapia con cisplatino (67 mg). En la resonancia magnética nuclear (RMN) de pelvis realizada después de un mes no se observaron lesiones sugerentes de un proceso neoplásico activo.
Hace 3 semanas la enferma acudió a una consulta durante la cual se realizó la ecografía abdominal y transvaginal. Ambos exámenes se realizaron sin detectar líquido libre ni lesiones focales sugerentes de neoplasia maligna, ni en la cavidad abdominal, ni en la pelvis menor. Solamente se describió un rastro de líquido en el epigastrio derecho y entre el útero y la vejiga (AP 20 mm; sin importancia clínica, efecto de la terapia reciente). En los demás órganos abdominales y de pelvis menor no se observaron lesiones importantes. En las conclusiones se anotó: "Cáncer cervical T2b, N0, M0, histológicamente atípico, tras radioquimioterapia radical. A día de hoy, en el examen clínico no se observan signos de enfermedad persistente. Nota: según la información del radioterapeuta, las eventuales pruebas de imagen de control (RMN +/– ecografía) deben realizarse no antes de los 6 meses desde el tratamiento".
A pesar de las conclusiones y recomendaciones claras, 3 semanas después de la última consulta oncológica acudió por iniciativa propia a la Unidad de Asesoramiento Genético en Oncología de Szczecin, donde se recomendó realizar la ecografía abdominal.
En el examen que conduje observé lesiones en la cavidad abdominal indicativas de diseminación del cáncer en la cavidad peritoneal, que se manifestaba con ascitis moderada (líquido en toda la cavidad abdominal, incluso debajo del diafragma; fig. 1A), infiltración del epiplón mayor con una serie de focos hipoecogénicos casi avasculares de hasta 12 mm de tamaño (fig. 1B y C y vídeo), y la presencia de hemangioma en el hígado (no diagnosticado en los exámenes anteriores).
Fig. 1.
Pregunta
¿Las lesiones del epiplón mayor observadas en la presentación B y en Doppler color pueden confirmarse mediante otro método ecográfico?
A. Sí
B. No