Debido a las manifestaciones clínicas, el enfermo fue derivado a la coronariografía, en la cual se detectó una enfermedad multivaso, por lo que el paciente fue clasificado para la derivación aortocoronaria. Asimismo, la coronariografía confirmó la coexistencia de la MH apical con la enfermedad coronaria.
La MH apical se caracteriza por la presencia de ondas T profundas y negativas en las derivaciones precordiales, a veces con una leve elevación del segmento ST que puede imitar el infarto de miocardio. La profundidad de las ondas T negativas llega hasta >10 mm (incluso hasta 40 mm) y es inversamente proporcional al tono β-adrenérgico. Aumenta por la noche y tras la administración de propranolol, disminuye tras la infusión de isoprenalina y no cambia después de administrar atropina. En caso de MH, las arritmias son muy frecuentes, pero —curiosamente— en la forma apical se presentan raras veces a pesar de la presencia de la prolongación del intervalo QT corregido. En algunos enfermos con MH apical se producen unos pequeños aneurismas del ápex, en los cuales se forman trombos, por lo que una de las complicaciones más frecuentes de esta forma de MH es el embolismo periférico.
A recordar
¡Los hallazgos electrocardiográficos son importantes, pero las manifestaciones clínicas son mucho más importantes!
En la imagen de ECG de la miocardiopatía hipertrófica apical son características unas ondas T negativas muy profundas, que llegan hasta >10 mm (incluso hasta 40 mm) en las derivaciones precordiales V4-V6.
Estos hallazgos en el ECG son dinámicos y tienen que ver con el tono del sistema β-adrenérgico.
Ante una semejante imagen de ECG y la presencia de los síntomas de angina de pecho siempre se debe realizar la coronariografía para descartar la enfermedad coronaria.