Siglas y abreviaturas: ETS — enfermedades de trasmisión sexual, MPXV (monkeypox virus) — virus de la viruela del mono, RPR — reagina plasmática rápida
Nota de la editorial: debido al aumento del uso de lenguaje estigmatizante en Internet y en algunos grupos sociales desde el brote de la epidemia de la viruela del mono fuera de África que tuvo lugar en mayo de 2022, el 28 de noviembre de 2022 en la página web de la OMS se publicó una comunicación en la que se informaba el cambio de nombre de la viruela del mono en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). La enfermedad se denominará en inglés: mpox. El mpox se volverá el término de preferencia y después de un período transitorio de un año, en el cual los dos nombres serán válidos, el término "viruela del mono" será reemplazado por "mpox". El término "viruela del mono" seguirá siendo un término de búsqueda en la CIE, para que coincida con la información histórica.
El número de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) por distintas causas ha aumentado en los últimos 10 años y en la actualidad estas constituyen un grave problema para la salud pública.1 Además, en el diagnóstico diferencial se deben tomar en cuenta no solo los patógenos comunes, como Treponema pallidum, Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis, sino también aquellos que habitualmente no son de transmisión sexual, como los virus de hepatitis A y C (VHC) o Shigella dysenteriae.1 El personal médico debe ser consciente de la aparición de las nuevas ETS.
Les presentamos el caso de un hombre de 47 años infectado por VIH‑1, en tratamiento antirretroviral eficaz desde hace 7 años, con antecedentes de ETS (sífilis, VHC). El paciente acudió al centro de enfermedades infecciosas debido a la presencia de úlceras indoloras en el pene, acompañadas de adenopatía en la ingle derecha. Las manifestaciones se habían presentado 20 días atrás, principalmente en forma de 3 pápulas localizadas en el prepucio, que posteriormente se transformaron en ampollas llenas de líquido blanco y, a continuación, en úlceras. Las lesiones se acompañaron de adenopatía dolorosa en la ingle derecha. El paciente no notificó viajes al extranjero, pero había tenido numerosos contactos sexuales casuales y sin protección con hombres, 7 y 14 días antes de la aparición de los síntomas. Debido a la sospecha de la viruela del mono, el enfermo fue derivado al servicio de enfermedades infecciosas para ser diagnosticado. Durante la admisión hospitalaria el paciente estuvo en estado general bueno, se observaron 3 úlceras en el prepucio, 1 pústula con un hoyuelo umbilicado en la superficie dorsal del pene (fig. 1A y 1B) y un ganglio linfático doloroso y aumentado de tamaño hasta 5 cm en la ingle derecha. En las muestras tomadas de las lesiones se observó el resultado positivo del test de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT‑PCR) para el ADN del virus de la viruela del mono (MPXV). Se realizaron pruebas de detección de otras ETS que no demostraron anomalías importantes, excepto una elevación del título en el examen de reagina plasmática rápida (RPR) para la detección de sífilis, de 1:2 a 1:8. En la frotis uretral no se observó Neisseria gonorrhoeae ni Chlamydia trachomatis. Debido al aumento del título en RPR, se administraron 2,4 mill. uds. de la bencilpenicilina. A pesar de la falta de tratamiento específico, se observó una mejoría clínica en lo referente a las lesiones genitales, y después de 5 días de hospitalización el enfermo estuvo dado de alta.