Guías: efecto de Helicobacter pylori en el tracto gastrointestinal. Diagnóstico

14.07.2023
Wpływ Helicobacter pylori na przewód pokarmowy oraz rozpoznawanie i leczenie zakażenia. Omówienie raportu Maastricht VI/Florencja
Autora: Małgorzata Szczepanek (MD, PhD)
Consultado por: prof. Andrzej Dąbrowski (MD, PhD), Magdalena Ulatowska‑Białas (MD, PhD)

Cómo diagnosticar la infección por H. pylori (y la gastritis por H. pylori)

La infección por H. pylori puede diagnosticarse mediante las pruebas invasivas (que requieren endoscopia digestiva alta) o no invasivas.

Si existen indicaciones de endoscopia, esta debe realizarse con las mejores tecnologías disponibles y deben tomarse muestras. Las muestras tomadas según los protocolos aprobados ayudan a establecer la etiología y el grado de gastritis. Además, es necesario tomar muestras de cada lesión focal observada [F/M]. La toma de muestras (idealmente 1 de la parte pilórica y 1 del cuerpo gástrico) permite realizar el test de ureasa, en el cual las muestras se colocan en una placa que contiene urea con adición de cromógeno, que —a consecuencia del cambio de pH del medio ante la descomposición de la urea en amoníaco y dióxido de carbono (CO2) por la ureasa de las bacterias presentes en las muestras— cambia de color, indicando la presencia de la infección por H. pylori.

La endoscopia debe realizarse según los criterios de calidad, que incluyen, entre otros: tiempo adecuado de evaluación de la mucosa gástrica, documentación fotográfica de la prueba realizada y número adecuado de muestras para el estudio histológico, es decir, 2 de la parte pilórica, 2 del cuerpo gástrico y 1 de la incisura, lo que permite evaluar las lesiones inflamatorias y atróficas según la clasificación OLGA (Operative Link for Gastritis Assessment) y valorar la metaplasia intestinal según la clasificación OLGIM (Operative Link on Gastric Intestinal Metaplasia).6 El estudio histológico también puede demostrar la presencia de H. pylori en las muestras de la mucosa tomada de la parte pilórica del estómago.

Los métodos no invasivos incluyen: prueba del aliento con urea (PAU) y determinación de antígenos de H. pylori en las heces y de anticuerpos contra H. pylori en el suero. La PAU sigue siendo una herramienta importante en el diagnóstico de H. pylori, tanto antes, como después de la terapia de erradicación [F/A]. Consiste en la administración VO de una preparación de urea marcada con carbono radiactivo (con mayor frecuencia 13C). En el estómago, la ureasa bacteriana descompone la urea en amoníaco y CO2, el cual se expulsa con el aire espirado. La presencia de la infección se determina mediante el contenido de 13CO2 en la muestra de aire. El ácido cítrico es un elemento indispensable del protocolo de estudio [F/A], puesto que su administración junto con la urea (se puede añadir un edulcorante para mejorar el sabor) aumenta la sensibilidad de la prueba, sobre todo en pacientes con gastritis atrófica. Además, el ácido cítrico ayuda a retrasar el vaciado gástrico, aumenta la distribución del sustrato en el estómago y prolonga el contacto con la ureasa bacteriana.

La identificación de antígenos de H. pylori en las heces con anticuerpos monoclonales es un método diagnóstico pertinente (siempre y cuando sea adecuadamente validada), tanto antes, como después de la erradicación de H. pylori [F/A]. Existen pruebas rápidas, que no requieren equipo de medición y se basan en la inmunocromatografía (pero los fabricantes no siempre informan si se utilizan anticuerpos mono- o policlonales), y pruebas de laboratorio que detectan los antígenos por inmunoquímica (con anticuerpos monoclonales mediante analizadores automáticos).

La mayoría de los estudios que compararon ambas técnicas indican la superioridad de las pruebas de laboratorio. Aunque existen diferentes pruebas rápidas (las mejores tenían un valor comparable al de las pruebas de laboratorio), la mayoría de ellas presenta problemas en cuanto a la sensibilidad y no la especificidad (por lo que existe mayor riesgo de no identificar una infección ya existente). Hay que tener en cuenta que los IBP se deben discontinuar ≥2 semanas y los antibióticos ≥4 semanas antes de la prueba. Además, es necesario recordar que no todas las pruebas de laboratorio se realizan mediante técnicas inmunoquímicas. Asimismo, antes de aceptar el resultado como fidedigno, es necesario verificar no solo si el paciente ha discontinuado los fármacos mencionados, sino también la técnica de la prueba. Es especialmente importante ante una alta probabilidad de la infección por H. pylori cuando el resultado de la prueba es negativo: en estos casos, es necesario verificarlo con otro método (p. ej. PAU).

La determinación de anticuerpos IgG contra H. pylori puede servir como tamizaje en determinadas situaciones clínicas [F/A] (p. ej. en caso de sangrado por la úlcera péptica o cuando el enfermó ha sido tratado recientemente con un antibiótico o IBP). Sin embargo, su presencia no indica una infección activa. Los anticuerpos pueden detectarse en suero varios meses o años después de la erradicación, por lo que no pueden ser utilizados para controlar la eficacia del tratamiento de erradicación.

Si una infección por H. pylori fue detectada mediante una prueba serológica, antes de iniciar el tratamiento es necesario realizar una exploración adicional (PAU o determinación de antígenos en las heces) para confirmar una infección activa [D/A].

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