Depresión

Depresja
Joanna Borowiecka-Kluza (MD, PhD)

¿Qué es la depresión?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión constituye la causa principal de incapacidad laboral a nivel mundial y es el trastorno mental más frecuente. A lo largo de la vida, afecta a más de 10 % de la población adulta. Es dos veces más frecuente entre las mujeres. Uno de cada diez pacientes que acude al médico de cabecera por otros motivos presenta un cuadro completo de depresión y uno de cada cinco sufre síntomas depresivos aislados. Desgraciadamente, casi la mitad de estos casos no se diagnostican y solamente el 50 % de las personas con depresión diagnosticada reciben un tratamiento adecuado. Por lo tanto, es una cuestión extremadamente importante para toda persona (no solo para los médicos) conocer la naturaleza y los síntomas de la depresión, así como las bases del diagnóstico y tratamiento.

La depresión es una condición que puede y debe tratarse, y sus manifestaciones pueden ser de carácter tanto recurrente como crónico. Actualmente se dispone de recursos terapéuticos mejorados, que por un lado garantizan una mayor eficacia, y por el otro proporcionan menores efectos secundarios.

¿Cuáles son los síntomas?

Una pérdida gradual de la alegría vital y del sentimiento de placer, así como de la capacidad de disfrutar las cosas y acontecimientos que con anterioridad se percibían como gozosos, hasta su desaparición completa (anhedonia). La disminución del ánimo y de la capacidad de disfrutar cursan con apatía ("no me importa lo que pase ahora o mañana") y sentimiento de vacío. A veces se presentan un ánimo variable (lábil) e irascible, dificultad para controlar el humor, tristeza (suelen ser de carácter profundo y penetrante, y se experimentan la mayor parte del tiempo), llanto cada vez más difícil de controlar, y a veces incapacidad de controlar las propias emociones y una impulsividad alejada de la conducta previa.

Reducción de la actividad vital, pérdida gradual de las aficiones, dificultad para emprender varias acciones y actividades que conduce a su supresión (abulia): incapacidad de levantarse de la cama y realizar la higiene personal básica como vestirse, lavarse, o peinarse. Pérdida gradual de la energía vital y disminución de la susceptibilidad a los estímulos emocionales (apatía). Mayor cansancio, fatiga crónica con reducción de actividades diarias. A veces agitación psicomotora con aumento de la tensión interna, inquietud e incapacidad de permanecer quieto.

El pensamiento depresivo es una valoración pesimista del propio pasado, presente y futuro, deterioro de la imagen propia, pérdida de autoestima, y sentimiento de no valer nada y ser innecesario. En algunos casos delirios depresivos (juicios falsos en los que el paciente cree a pesar de intentos inútiles de confrontarlos con la realidad) respecto al sentimiento de culpa, pecado, castigo, condena o relacionados con la pobreza, miseria, falta de perspectivas para el futuro propio y de la familia. La presencia de ideas delirantes es una indicación absoluta para consultar con el psiquiatra.

La ansiedad no es un síntoma típico de la depresión pero a menudo la acompaña. El paciente tiene dificultad para determinar la causa concreta de la ansiedad a pesar de su presencia continua (ansiedad inespecífica). Muchas veces la ansiedad es de carácter crónico, su intensidad aumenta y disminuye gradualmente (ansiedad de flotación libre). A menudo es localizada por el paciente en la zona central del cuerpo, p. ej. en el tórax.

La creciente sensación de haber perdido el sentido para vivir, sinsentido de la vida, sentimiento de desesperanza, pensamientos de renuncia, ideas de muerte. Puede ser un deseo de muerte por causa natural ("me gustaría dormirme y no despertarme nunca más", "le pido a Dios morir", "quiero tener un accidente"), y llegar hasta la idea de suicidio. Las ideas suicidas a menudo se presentan contra la voluntad del paciente quien trata de hacer frente a ellas o ignorarlas, aunque esto con el tiempo se hace cada vez más difícil. Entonces el paciente muchas veces "pide ayuda", p. ej. informando a las personas de su entorno sobre dichas ideas. En casos extremos el paciente comienza a planificar el método concreto para cometer el suicidio (tendencias suicidas). Este puede estar detalladamente planificado pero también puede ser impulsivo sin planificación previa. Los pensamientos de renuncia y las ideas de muerte y suicidas también constituyen indicación absoluta para la consulta psiquiátrica.

La depresión también a menudo cursa con síntomas menos típicos que suelen dificultar el diagnóstico adecuado y son la causa de errores diagnósticos. Entre ellos se encuentran los grupos de síntomas presentados a continuación.

Trastorno por déficit de atención y sensación de deterioro de la memoria y de las funciones cognitivas que ceden de forma gradual a medida que avance la terapia de la depresión y mejore el ánimo del paciente.

• Los trastornos del sueño a menudo se traducen en dificultad para conciliar y mantener el sueño que suele ser poco profundo, intermitente. En la depresión es característico también despertarse durante la madrugada (entre las 3 y 5 horas), siendo posible volver a dormirse en caso de depresión de menor intensidad, o imposible e la depresión de mayor gravedad. Los trastornos del sueño también pueden manifestarse en forma de somnolencia excesiva tanto durante la noche como durante el día. Entonces se experimenta dificultad para despertarse del sueño nocturno. Los pacientes notifican que "duermen toda la noche y todo el día" con pausas cortas.

• A menudo se presenta la disminución o pérdida del apetito. Los pacientes suelen decir que comen contra su voluntad, que se ven forzados por la necesidad de comer, o que los alimentos carecen de sabor. En ocasiones este síntoma va acompañado de una pérdida significativa de peso corporal (unos kilogramos en un mes). Sin embargo, en algunos casos la depresión cursa con apetito aumentado e ingesta excesiva (sobre todo de alimentos dulces), atípica para la conducta previa, lo cual puede conducir al aumento del peso ante la falta de ejercicio físico. En este contexto hablamos de la denominada depresión atípica.

Disminución de la libido (deseo sexual): la falta de apetito sexual se presenta comúnmente en la depresión afectando tanto a mujeres como a hombres. La disminución o pérdida del deseo sexual puede intensificar el sentimiento depresivo de baja autoestima, de falta de feminidad o de masculinidad, y de atractivo. Esto, a su vez, puede disminuir la libido aún más. Entonces la vida sexual no resulta placentera ni satisfactoria. Esto, adicionalmente, puede agravar la manera en la que el paciente experimenta la depresión. Los trastornos sexuales asociados a la depresión suelen desaparecer con la mejoría del ánimo mediante un tratamiento farmacológico adecuado.

• En las mujeres pueden presentarse trastornos del ciclo sexual y de la menstruación.

• Las fluctuaciones diarias del estado de ánimo son características de las formas habituales de depresión. Los pacientes suelen sentirse peor durante la mañana y el mediodía y les resulta muy difícil comenzar el día. Sin embargo, su estado de ánimo y actividad parecen mejorar levemente por la noche. Con el tratamiento progresivo de la depresión, las horas nocturnas de mejor estado de ánimo "se alargan" primero hacia el mediodía y después hacia la mañana. Sin embargo, hay pacientes que se sienten mejor por la mañana que por la noche, o no experimentan fluctuaciones diarias del estado de ánimo.

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