Artritis reumatoide

Reumatoidalne zapalenie stawów
Zofia Guła (MD), Mariusz Korkosz (MD, PhD)

¿Qué es la artritis reumatoide y cuáles son sus causas?

La artritis reumatoide (AR, artritis deformante) es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones y a distintos órganos. El dolor, la rigidez y la tumefacción de manos y pies constituyen los síntomas más característicos, aunque la inflamación también puede afectar a otras articulaciones. La enfermedad no tratada conduce con mayor frecuencia a la destrucción de las articulaciones y a una discapacidad grave, así como a daños multiorgánicos y a una muerte prematura. La aplicación temprana de un tratamiento eficaz inhibe el progreso de la enfermedad, previene sus complicaciones y permite un funcionamiento normal.

Lokalizacja zmian stawowych w RZS
Fig. 1. Localización de los cambios articulares en la artritis reumatoide

Causas de la artritis reumatoide

Un proceso inflamatorio originado en la articulación constituye la esencia de la enfermedad. Un factor desconocido estimula la membrana sinovial que recubre la articulación para producir la respuesta inflamatoria. Se produce entonces un crecimiento excesivo de dicha membrana, lo que destruye las estructuras adyacentes (cartílago, huesos, ligamentos, tendones). Inicialmente hay dolor y tumefacción, posteriormente se produce la destrucción irreversible de la articulación y la pérdida de su movilidad. El daño del cartílago y de las otras estructuras articulares producido por el proceso inflamatorio favorece la aparición de cambios degenerativos secundarios.

Las causas de artritis reumatoide no se conocen por completo. Probablemente, para el desarrollo de la enfermedad es necesaria la coexistencia de varios factores. A continuación, se presentan los factores más importantes.

Predisposición hereditaria: existe una predisposición para la aparición de artritis reumatoide en los parientes cercanos, pero el factor genético en sí no causa la enfermedad. Por lo tanto, la presencia de artritis reumatoide en uno de los padres no significa que la enfermedad aparezca en los hijos, aunque en este caso el riesgo de que así ocurra es 2-5 veces mayor.
Inmunodeficiencia: conduce a una identificación errónea de los propios tejidos del organismo como “hostiles” y a la producción de anticuerpos dirigidos a su destrucción; se han identificado varios genes responsables de este proceso (entre otros, el gen de histocompatibilidad HLA DRB1).
Sexo: las mujeres se ven afectadas con una frecuencia aproximadamente tres veces mayor que los hombres.
Infección: se sospecha que algunas bacterias y virus participan en la activación de la respuesta inflamatoria.
Hábito tabáquico: incrementa el riesgo de sufrir la enfermedad y empeora su curso.
Estrés: en algunos pacientes el inicio de la enfermedad se relaciona con un período de estrés agudo.

¿Con qué frecuencia se presenta la artritis reumatoide?

En los países desarrollados, una de cada cien personas desarrolla artritis reumatoide. La enfermedad es 3 veces más frecuente en mujeres que en hombres. En las mujeres suele manifestarse entre la tercera y quinta década de vida (aunque puede aparecer tanto antes, como después de este período), mientras que en los hombres su prevalencia aumenta con la edad.

¿Cómo se manifiesta la artritis reumatoide?

En la mayoría de los enfermos, el desarrollo de la artritis reumatoide suele ser insidioso. Pueden transcurrir varias semanas —o incluso meses— hasta que los síntomas sean lo suficientemente molestos como para solicitar la ayuda del médico. Con menor frecuencia puede observarse un desarrollo rápido de la enfermedad, en un período que va desde unos pocos días hasta más de diez. Inicialmente aparecen síntomas “generales” que se parecen a la gripe: debilidad, febrícula, mialgias, falta de apetito, así como pérdida de peso. Pueden acompañar o preceder a la aparición de los síntomas “articulares”. En el transcurso de la enfermedad también pueden aparecer síntomas de la afectación de otros órganos.

Síntomas característicos de artritis reumatoide

Articulaciones

Cambios tempranos en la AR
Fig. 2. Cambios tempranos en la artritis reumatoide (tumefacción articular)

Cambios avanzados en la AR
Fig. 3. Cambios avanzados en la artritis reumatoide (visibles múltiples nódulos reumatoideos sobre las articulaciones)
Fuente: Szczeklik A., Choroby wewnętrzne, Medycyna Praktyczna, Kraków 2011.

La enfermedad típicamente afecta a las mismas articulaciones a ambos lados del cuerpo. Inicialmente son las pequeñas articulaciones de manos y pies, y con la progresión de la enfermedad se ven afectadas muchas otras articulaciones. La inflamación de una única articulación grande (p. ej. de la rodilla o del hombro), o el carácter migratorio de la enfermedad, reflejan un inicio atípico (aunque posible) de la enfermedad. A continuación, se enumeran los síntomas de la artritis.

Dolor y rigidez: son más molestos al despertarse o cuando la articulación estuvo inmovilizada durante cierto tiempo y ha acumulado líquido inflamatorio causando tumefacción de los tejidos; es característica la rigidez matutina, la cual en el caso de la artritis reumatoide suele durar más de 1 hora.
Tumefacción: es el resultado de la hipertrofia de la membrana sinovial con formación del denominado pannus; se puede acompañar de derrame causado por la producción excesiva de líquido sinovial de carácter inflamatorio.
Sensibilidad de la articulación a la palpación: es característico que un enfermo con artritis reumatoide experimente dolor, p. ej. al apretar la mano.
Reducción de la movilidad: la articulación afectada pierde la capacidad para realizar un rango completo de movimientos; si se produce un daño estructural de la articulación debido a la inflamación y a los cambios degenerativos secundarios, la disfunción articular se vuelve irreversible.
Deformidad articular: es consecuencia de una enfermedad de larga duración; (fig. deformidades articulares típicas para la artritis reumatoide).

Manifestaciones extraarticulares

La artritis reumatoide es una enfermedad sistémica que, además de las articulaciones, afecta a varios órganos (sobre todo en su forma prolongada de evolución grave). Aparte de los relativamente frecuentes cambios leves, tales como los nódulos reumatoideos o el síndrome de Sjögren, en muy raras ocasiones pueden producirse complicaciones graves que conducen a una muerte prematura (p. ej. accidente cerebrovascular o infarto de miocardio).

Nódulos reumatoideos: nódulos subcutáneos no dolorosos que suelen localizarse en la zona de los codos y de las articulaciones de las manos, así como en áreas expuestas a la presión; también pueden producirse en órganos internos.
Ateroesclerosis: su desarrollo acelerado es el resultado de la activación de procesos inflamatorios. Las complicaciones de la ateroesclerosis constituyen la causa principal de la muerte prematura en personas con artritis reumatoide. En estos enfermos, el riesgo de aparición de infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, muerte súbita cardíaca o accidente cerebrovascular es 2-3 más elevado que en personas sanas.
Corazón: a causa del desarrollo de la ateroesclerosis, aparte de la cardiopatía isquémica y el infarto de miocardio, pueden presentarse pericarditis, miocardiopatía y daño valvular. Sus síntomas son: dolor torácico, disnea y tolerancia al ejercicio reducida.
Vasos: la vasculitis supone una complicación rara, pero grave, de la artritis reumatoide, y puede conducir a una isquemia de diferentes órganos internos. También pueden presentarse úlceras cutáneas y en las yemas de los dedos.
Pulmones: la artritis reumatoide favorece el desarrollo de, entre otros, pleuritis y neumonía intersticial. Estas enfermedades causan tos seca, disnea y dolor torácico.
Osteoporosis: tanto la artritis reumatoide como los esteroides utilizados en su tratamiento aceleran el desarrollo de la osteoporosis. Es importante iniciar con suficiente antelación un tratamiento que disminuye el riesgo de fracturas óseas.
Ojos: el síndrome del ojo seco causado por conjuntivitis es un síntoma frecuente que se caracteriza por una sensación de tener arena o cuerpo extraño debajo de los párpados. Con menor frecuencia se produce la afectación de otras estructuras del ojo y problemas visuales.
Nervios: a menudo se observa el denominado síndrome del túnel carpiano. La compresión de la médula espinal causada por una subluxación vertebral a nivel cervical supone una complicación rara, pero grave. Sus síntomas principales son: cefalea, trastornos de sensibilidad (entumecimiento, hormigueo y sensibilidad al dolor disminuida) y debilidad o paresia de miembros. En este caso es necesaria una consulta médica urgente.
Riñones: tanto la enfermedad en sí como los fármacos utilizados pueden dañar los riñones. Los controles regulares de la función renal son importantes.
Trastornos hematológicos: en la artritis reumatoide de curso prolongado, a menudo se observa anemia moderada, así como un recuento anormal de glóbulos blancos. Un aumento del recuento de plaquetas es característico para las exacerbaciones de la enfermedad. Más a menudo se observa linfadenopatía y esplenomegalia. La artritis reumatoide aumenta la susceptibilidad a las infecciones y el riesgo del desarrollo de linfomas.

¿Cómo actuar ante los síntomas de la artritis reumatoide?

Si aparecen dolor y tumefacción articular, es necesario acudir urgentemente al médico. Las personas con sospecha de artritis reumatoide deben hallarse bajo vigilancia del reumatólogo. El diagnóstico rápido determinará la eficacia del tratamiento. Iniciado con suficiente antelación, se puede incluso conseguir la remisión completa de la enfermedad.

En el transcurso de la artritis reumatoide pueden aparecer complicaciones que requieren intervención médica urgente. En la mayoría de las veces, su prevención y tratamiento eficaz son posibles. Entérese de los síntomas que indican la presencia de complicaciones de la artritis reumatoide (→más arriba).

Importante

A continuación, se enumeran los estados que necesitan una consulta médica urgente.

• Agravamiento de la enfermedad (intensificación del dolor, rigidez y tumefacción de las articulaciones, febrícula, debilidad, pérdida de peso): precisa un tratamiento más intensivo para reducir lo antes posible la actividad de la enfermedad.
• Cualquier síntoma de infección, como fiebre, tos, dolor de garganta, ardor durante la micción, debilidad, malestar: en enfermos con artritis reumatoide la capacidad de luchar contra las infecciones está reducida (requieren un tratamiento rápido y eficaz).
• Una punción articular reciente, después de la cual ha experimentado un agravamiento significativo del dolor, tumefacción articular con calor intenso, o fiebre: estos pueden ser síntomas de una infección articular que requiere tratamiento rápido; el dolor articular que cesa en un período de 24 horas tras la punción no debe suscitar preocupación (durante ese período se debe evitar forzar la articulación).
• Tos, disnea, dolor torácico, tolerancia al ejercicio reducida: requieren un proceso diagnóstico rápido dirigido hacia las enfermedades pulmonares y cardíacas coexistentes con la artritis reumatoide.
• Cualquier síntoma neurológico (p. ej. trastornos de sensibilidad, debilidad o paresia de miembros, cefalea aguda, alteraciones de la visión): pueden ser síntomas de accidente cerebrovascular o compresión de las estructuras nerviosas.
• Dolor abdominal, heces oscuras (o con mezcla de sangre): pueden ser síntomas de úlcera péptica y sangrado en el tubo digestivo, que resultan de las complicaciones del tratamiento con antinflamatorios no esteroideos.

Es muy importante informar al médico sobre el embarazo planeado (aplicable tanto para mujeres como para hombres). La artritis reumatoide no constituye una contraindicación para el embarazo (que en la mayoría de las mujeres supone una remisión parcial de la enfermedad), pero —dado que la mayoría de los fármacos pueden dañar el feto— este debe planificarse con el fin de modificar el tratamiento con la debida antelación.

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