¿Qué es parálisis y/o paresia y cuál es el mecanismo de su aparición?
La parálisis es una incapacidad completa para realizar movimientos (de un músculo aislado o de un grupo muscular; en una, dos o en todas las extremidades; también puede afectar a la cabeza y al tronco). El término "parálisis" viene del vocablo latín paralysis.
Por su parte, se entiende la paresia (lat. paresis) como una limitación en el rango de movimiento o una disminución de la fuerza muscular. Por ejemplo, la paresia en un miembro superior, especialmente en la mano, hace que los movimientos se vuelvan imprecisos y torpes. Puede ser imposible realizar actividades tales como escribir, dibujar, apretar la mano, etc. Por lo tanto, la paresia es en cierta manera un estado intermedio entre la parálisis y la función motora normal.
Para una correcta comprensión del problema de la parálisis y la paresia, es necesario tener en cuenta que la vía desde la corteza cerebral (donde se toma la decisión de realizar un movimiento) hasta los músculos (que realizan este movimiento) pasa a través de dos neuronas, es decir dos células nerviosas con prolongaciones. La prolongación más importante es el denominado axón, el cual siempre conduce el impulso desde la célula hacia otras células.
La motoneurona superior se ubica en la corteza cerebral (en la denominada área motora cortical) y transmite la señal desde la corteza cerebral hasta la médula espinal. Su axón es muy largo y conduce la señal con rapidez, a través del cerebro (los axones de numerosas motoneuronas recorren el cuerpo agrupados en fascículos, los cuales se juntan a la altura de la base del tronco del encéfalo y forman las denominadas pirámides), el bulbo raquídeo y la médula espinal. Es allí donde el axón de la motoneurona superior llega a la motoneurona inferior, la cual generalmente se ubica al mismo nivel que el músculo que le corresponde.
La motoneurona inferior se localiza en el asta anterior de la médula espinal. Desde allí se origina su axón, el cual junto con los axones de otras neuronas sale del conducto vertebral (donde se ubica la médula espinal) y forma nervios exclusivamente motores o bien forma el componente motor de los nervios mixtos (simplificando: de los nervios sensitivomotores). Los axones de la motoneurona inferior que forman parte de estos nervios llegan a los músculos. La conducción de un estímulo por el nervio (la denominada onda de despolarización) inicia la contracción muscular gracias a una unión neuromuscular especial.
Como podemos ver, el camino que tiene que recorrer un impulso nervioso desde la corteza cerebral hasta el músculo es largo y existen varios niveles en los cuales puede producirse un daño. Una afectación parcial de este camino en cualquier lugar resulta en una paresia, mientras que una lesión completa causa parálisis.
Simplificando, debido a la presencia de manifestaciones distintas (claramente diferentes), parálisis y paresia se dividen en el síndrome de motoneurona superior y el síndrome de motoneurona inferior.
Una descripción detallada de las diferencias sobrepasa el ámbito de este artículo, pero —en resumen— vale la pena recordar que la motoneurona inferior tiene su propia función básica: mediante unos impulsos constantes mantiene el tono de los músculos controlados. Esto, por su parte, inhibe la motoneurona superior. De esta manera, en caso de que se produzca un daño en la motoneurona superior el tono de los músculos paralizados paradójicamente aumenta, los reflejos profundos (el médico los examina con un martillo neurológico [p. ej. golpeando la rodilla]) son más fuertes que habitualmente, y la parálisis/paresia recibe la denominación de "espástica" y se caracteriza por la contractura de los músculos paralizados o afectados por paresia. También se producen los denominados reflejos patológicos, es decir contracturas excesivas y anormales de algunos músculos tras su irritación durante el examen, lo que indica una actividad excesiva y patológica de la motoneurona inferior. Por el otro lado, en el caso de un daño de la motoneurona inferior, el tono de los músculos inervados directamente por un determinado nervio disminuye y no es posible provocar reflejos profundos, ya que se produce la ruptura de la vía refleja. Este tipo de parálisis (paresia) recibe la denominación de "flácida". Adicionalmente, los músculos privados de la correcta inervación durante un tiempo prolongado (es decir, denervados) se atrofian, puesto que los nervios secretan en sus terminaciones factores de crecimiento muscular. Este fenómeno es típico de la parálisis flácida.
Una diferencia importante entre los tipos mencionados de parálisis y paresia consiste también en el hecho de que la parálisis (paresia) espástica a menudo afecta a áreas extensas del cuerpo, p. ej. a un miembro entero o a la mitad (izquierda o derecha) del cuerpo, mientras que la parálisis flácida puede afectar a los músculos particulares o incluso a sus partes.