Presión venosa ambulatoria

La medición de la presión venosa ambulatoria (ambulatory venous pressure – AVP) es el mejor método para evaluar la hipertensión venosa, aunque debido a su carácter invasivo es poco utilizada. La presión venosa en el pie disminuye al caminar, y gradualmente vuelve a aumentar tras detenerse. Se inserta una cánula conectada mediante un drenaje a un transductor de presión, un amplificador y un registrador gráfico en una vena del dorso de un pie. La medición se realiza en reposo y tras ponerse el paciente de puntillas cayendo sobre los talones 10 veces o tras realizar 10 sentadillas al compás de un metrónomo. Después del esfuerzo, el paciente se queda inmóvil, y entonces se registra el tiempo de retorno de la presión en las venas del pie hasta el valor de reposo (refilling time – RT). Luego se repite el ejercicio después de colocar e inflar el manguito de un esfigmomanómetro de 2,5 cm de ancho. La localización de los posibles cortocircuitos del flujo del sistema profundo al superficial se evalúan repitiendo la prueba con el manguito colocado debajo de la rodilla, en la parte inferior y, por último, en la parte superior del muslo.