Fotopletismografía y reografía por reflexión de la luz

Son métodos no invasivos que registran cambios locales del volumen de sangre en los tejidos. Se utilizan sobre todo para evaluar el flujo sanguíneo y los cambios en el volumen sanguíneo en la piel.

La prueba se realiza empleando una sonda con una fuente de luz. Un diodo que registra la intensidad de la luz se coloca en la piel. La absorción de luz por los eritrocitos es máxima cuando el paciente está sentado o de pie sin moverse, la presión es alta y las venas están distendidas. Cuando la presión en las venas baja durante el esfuerzo físico, los plexos venosos se vacían y disminuye la absorción de la luz.

Para evaluar el reflujo y el volumen de eyección de la bomba muscular de la pantorrilla, un electrodo fotopletismográfico se coloca en la piel a unos centímetros por encima del maléolo interno o en el dorso del pie. Por lo general, la prueba se realiza con el paciente sentado en la cama o de pie siempre que quede bien estabilizado, p. ej. apoyado en una barandilla. Después de obtener un registro estable, la señal se pone a cero y el paciente realiza 10 flexiones dorsales y plantares del pie de manera regular, con lo que se consigue el vaciado de los plexos venosos de la piel.

Se evalúa el tiempo de retorno venoso (venous RT – VRT), que debería ser >20 s. Si el RT es anormalmente corto (<20 s), la prueba debe repetirse después de colocar a la altura de los tobillos un manguito de esfigmomanómetro para ocluir las venas superficiales. Si no se normaliza el VRT después de colocar el manguito, eso indica que las válvulas de las venas profundas o perforantes son insuficientes. La normalización del VRT después de ocluir las venas superficiales indica competencia de las válvulas venosas profundas. La sospecha de reflujo basada en un VRT corto debe ser confirmada mediante ecografía Doppler de onda continua o mejor, con ecografía dúplex (→cap. I.B.4.8).