Eosinofilias en el curso de parasitosis

La causa más común de la eosinofilia pulmonar son parásitos que normalmente habitan el intestino delgado, pero que en el curso de su desarrollo atraviesan los pulmones. Algunos ejemplos son el áscaris lumbricoides, el Strongyloides stercoralis y el Ancylostoma duodenale (→cap. III.G.3). El paso de los parásitos por los pulmones genera unos síntomas que antes se conocían como síndrome de Löffler o eosinofilia simple. Se caracteriza por generar infiltrados migratorios en los pulmones acompañados por una eosinofilia en sangre periférica de intensidad variable. La enfermedad tiene un curso leve: las lesiones remiten como muy tarde en un mes, y a menudo son asintomáticas. Puede cursar con tos, rinitis, falta de apetito, sudoración nocturna, aumento leve de la temperatura corporal, y a veces con sibilancias y disnea. Se deben buscar larvas de parásitos en el esputo. Se pueden encontrar huevos en las heces unas semanas después del episodio.

Los parásitos que habitan principalmente en la sangre o los tejidos, como los Toxocara canis, Trichinella spiralisTaenia, representan un grupo aparte. Después de tragar los huevos de parásitos, estos eclosionan y salen larvas que llegan a la sangre, y después a distintos órganos. La presencia de parásitos en los tejidos provoca eosinofilia en la sangre periférica.

Otra variante de la enfermedad es la eosinofilia tropical secundaria a filariasis (Wuchereria bancroftiBrugia malayi); la enfermedad pulmonar se desarrolla como resultado del atrapamiento de microfilarias en los vasos pulmonares y la formación de numerosos granulomas (→cap. XI.G.3.2).