Síndrome de la úlcera rectal solitaria

lat. ulcus solitarius recti

ing. solitary rectal ulcer syndrome (SRUS)

Cronología

1829 : descripción de 4 casos de úlceras rectales atípicas (Cruveihier)

1937 : se introduce el nombre de ”úlcera rectal solitaria” (Lloyd-Davis)

1969 : descripción de 68 casos e introducción del término SRUS (Madigan)

DefiniciónArriba

El síndrome de la úlcera rectal solitaria (SRUS) es una enfermedad rara del recto con un cuadro clínico complejo y de características histopatológicas distintivas.

EPIDEMIOLOGÍAArriba

La enfermedad afecta a jóvenes y se presenta con una frecuencia de 1/100 000/año, es algo más frecuente en mujeres. Los hombres enferman con mayor frecuencia en la 3.a década de vida y las mujeres en la 4.a.

Etiología y patogeniaArriba

La causa de SRUS no es del todo conocida. Las principales hipótesis incluyen daño rectal directo e isquemia local. La enfermedad se acompaña con mayor frecuencia de alteraciones de la defecación, estreñimiento prolongado y prolapso de la mucosa rectal. Existe una falta de coordinación de los músculos responsables de la defecación, con excesiva tensión de los músculos del suelo pélvico y de los esfínteres del ano (defecación disinérgica). Estos procesos pueden conducir a la hipertrofia de la capa muscular de la mucosa, alteración del aporte sanguíneo y a la aparición de lesiones isquémicas ulcerativas. También se indica hipersensibilidad rectal, que puede ser responsable de un tenesmo doloroso y de sensación de evacuación incompleta.

Cuadro clínicoArriba

Los síntomas de la enfermedad no son característicos.  El sangrado anal es el más común. Otros síntomas incluyen presencia de moco en las heces, estreñimiento crónico, sensación de evacuación incompleta, dolor en la región perianal o hipogástrica y prolapso de la mucosa rectal. Casi el 30 % de los pacientes no refiere ningún síntoma (las lesiones se detectan incidentalmente durante la endoscopia).

DiagnósticoArriba

Procedimiento diagnóstico

La primera etapa del diagnóstico, tras la anamnesis y la exploración física, debería ser un examen endoscópico. A pesar de la denominación, la ulceración aparece tan solo en ~40 % de los casos y no necesariamente es aislada. La enfermedad suele localizarse en la pared anterior del recto, a unos 3-10 cm de la línea pectínea, y en la imagen endoscópica puede presentar diferentes aspectos: desde una mucosa plana enrojecida hasta una lesión elevada polipoide (→fig. III.F.11-1). Durante el examen, se deben tomar muestras tanto de la lesión como de la mucosa sana del intestino grueso (para descartar una enfermedad inflamatoria concomitante). Debido al cuadro endoscópico atípico, la enfermedad a menudo se pasa por alto y el tiempo promedio desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico es de 5 años.

El diagnóstico se confirma mediante un examen histológico en el que se aprecia fibrosis de la lámina propia de la mucosa rectal, e hipertrofia de las fibras de la capa muscular con su característica penetración en las criptas, lo que ocasiona la alteración de su estructura (→fig. III.F.11-2).

Los estudios complementarios, especialmente antes de la cirugía planificada, comprenden la defecografía, la manometría anorrectal y la electromiografía, así como la endosonografía, en la que un aumento del grosor del esfínter anal interno es una característica típica.

Diagnóstico diferencial

1) enfermedad de Crohn

2) colitis ulcerosa

3) colitis isquémica

4) cáncer de colon

TratamientoArriba

1. El tratamiento conservador incluye: regulación del hábito intestinal, evitar traumatismos mecánicos y discutir los factores psicológicos concomitantes, si los hay. Se recomienda una dieta rica en residuos y laxantes para aumentar el volumen de las heces. Los enemas de glucocorticoides, aminosalicilatos o sucralfatos alivian los síntomas, pero no se ha demostrado claramente su eficacia. El tratamiento conductual que incorpora el entrenamiento de la defecación, utilizando la técnica de biorretroalimentación, parece traer el mayor beneficio clínico.

2. El tratamiento quirúrgico está indicado en enfermos con prolapso rectal y cuando el tratamiento conservador no aporta mejoría clínica y los síntomas empeoran significativamente la calidad de vida del paciente. Se utilizan varios métodos quirúrgicos: extirpación de la úlcera, tratamiento del prolapso rectal y resección rectal con colostomía.