EstructuraArriba
Las vías biliares se dividen en intrahepáticas y extrahepáticas. Las vías intrahepáticas comienzan en el parénquima hepático con los capilares biliares que parten a modo de surcos por la superficie de los hepatocitos adyacentes. La confluencia de capilares adyacentes da lugar a los canalículos biliares intrahepáticos (canales de Hering), formados en parte por células indiferenciadas que en determinadas condiciones pueden diferenciarse en hepatocitos. Los canales de Hering confluyen en los conductos biliares interlobulillares de mayor tamaño en los espacios porta, y estos en conductos biliares de diámetro creciente (conductos lobulares). Finalmente desembocan en los conductos hepáticos derecho e izquierdo de varios centímetros de longitud. En el hilio hepático forman el conducto hepático común (2,5-6,5 cm de longitud) que constituye el inicio de la vía biliar extrahepática. A una distancia del hilio hepático variable, el conducto cístico (0,1-0,4 cm de diámetro) comunica la vesícula biliar con el hepático común. Se han reconocido diversas variantes anatómicas del conducto cístico en función de su longitud (corto, muy largo), trayecto (recto, sinuoso, curvado en espiral alrededor del conducto hepático o colédoco), y desembocadura (en el colédoco a diferentes alturas, bajo en la ampolla de Vater, directamente en el duodeno).
El conducto biliar común (colédoco) tiene una longitud de 5-17 cm y un diámetro medio de ~1 cm (0,3-1,5 cm). Es la continuación del hepático común y se extiende más allá del hilio hepático. Su sección distal antes de desembocar en la papila mayor duodenal (papila de Vater), queda cubierta por la cabeza del páncreas. En esta localización confluye con el conducto pancreático principal formando un canal común (ampolla de Vater). En un 20-30 % de la población, los conductos desembocan en el duodeno por separado. En el punto donde el conducto atraviesa la pared duodenal y la papila mayor, está rodeado por células de músculo liso que forman el esfínter de la ampolla de Vater (esfínter de Oddi).
La vesícula biliar se encuentra debajo del lóbulo hepático derecho. Está revestida de serosa. Consta de fondo, cuerpo y un cuello que se une al conducto cístico. Por lo general, el fondo sobresale ligeramente por debajo del borde del hígado, y cuando la vesícula está distendida se puede palpar por debajo del reborde costal derecho por fuera del músculo recto abdominal. La superficie superior de la vesícula se adhiere a la superficie visceral del hígado, y la inferior al duodeno y al ángulo hepático del colon. El volumen de la vesícula es de ~50 ml.
Imagen por CPRM: vías biliares de características normales →fig. III.I.1-1.
FunciónArriba
La bilis es producida por los hepatocitos y secretada al tubo digestivo a través de las vías biliares en una cantidad de 250-1100 ml/d (→cap. III.J.1). El volumen de la secreción biliar está regulado por las:
1) sales de ácidos biliares
2) circulación hepática
3) inervación autónoma
4) hormonas.
Las hormonas que controlan la secreción y composición biliar son la secretina, glucagón, VIP, gastrina, colecistoquinina (CCK) e histamina. La estimulación hormonal de la secreción biliar produce un aumento de su volumen y de la concentración de iones HCO3– y Cl–, con una reducción simultánea de la concentración de ácidos biliares. La gastrina, la CCK y la histamina estimulan la secreción de la bilis de manera mucho menos intensa que la secretina y sus homólogos.
En el período interdigestivo, el esfínter de Oddi está cerrado y la bilis se almacena en la vesícula biliar, donde puede alcanzar una concentración incluso 20 veces mayor, debido no solo a la absorción de agua y electrólitos a través de la mucosa, sino también a la secreción de moco. La vesícula se vacía a los ~30 min de ingerir una comida. El principal estímulo para el vaciado de la vesícula es la actividad del nervio vago y la colecistoquinina (CCK). Estos estímulos provocan la contracción de la pared vesicular y la relajación del esfínter de Oddi, lo que permite que la bilis fluya libremente hacia el duodeno.