Síndrome premenstrual

El síndrome premenstrual (SPM) es un estado que se caracteriza por la presencia de síntomas molestos de naturaleza física, conductual y psicológica que se presentan de manera regular en la fase premenstrual de cada ciclo, 1 o 2 semanas antes del sangrado, y que desaparecen por completo, o en su mayor parte, al final de la menstruación en las mujeres sin enfermedades orgánicas ni mentales. El SPM empeora la calidad de vida de un 23-31 % de las mujeres en edad reproductiva. La intensidad y el tipo de los síntomas puede variar considerablemente en diferentes mujeres. Los síntomas del SPM, a diferencia de los típicos síntomas fisiológicos percibidos por las mujeres antes de la menstruación, perturban de manera sustancial las actividades cotidianas. Hay más de 200 síntomas diferentes relacionados con el SPM, pero solo tres de ellos son los más característicos: irritabilidad, sensación de ansiedad y tensión (estar “entre la espada y la pared” o “al borde”), así como trastornos del ánimo (tristeza). La etiología de la enfermedad no se ha aclarado. Las causas pueden ser el estrés o los trastornos afectivos. También se sugieren los trastornos hormonales, incluyendo los trastornos de la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y la influencia de los factores ambientales y alimentarios. La presencia de los síntomas intensos del síndrome se denominan trastorno disfórico premenstrual (TDPM).

Etapas del procedimiento terapéutico según el RCOG:

Etapa 1): ejercicios físicos, terapia cognitivo-conductual, vitamina B6, calcio y vitamina D (una influencia positiva en el metabolismo óseo), anticonceptivos combinados orales de nueva generación (utilizadas de manera cíclica o crónica), y, si está indicado, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (la manifestación de los efectos secundarios depende de la dosis usada).

Etapa 2): estradiol en forma de parches (dosis de 100 μg) y progestágeno VO en el periodo entre los días 17 y 28 del ciclo, o un sistema intrauterino de levonorgestrel, así como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina en dosis mayores, utilizados de manera crónica o solo en la fase lútea.

Etapa 3): análogos de la GnRH y terapia hormonal de reemplazo (uso crónico de un compuesto de estrógeno y progestágeno o tibolona).

Etapa 4): extirpación total del útero con apéndices y terapia hormonal.