Trastornos postmenopáusicos

FisiologíaArriba

El periodo postmenopáusico se caracteriza por hiperestrogenismo con niveles elevados de FSH y LH en suero. La secreción de gonadotropinas tiene una naturaleza pulsátil, y la frecuencia y amplitud del pulso se parecen a la fase postmenstrual del ciclo, lo cual indica que la secreción de GnRH después de la menopausia se mantiene normal.

La estrona es el estrógeno dominante (nivel sérico 74-222 pmol/l [20-60 pg/ml]), con un promedio de 129,5 pmol/l [35 pg/ml]). Se origina principalmente por la conversión de la androstendiona en las células estromales derivadas del tejido adiposo, en los músculos, el hígado, los riñones, el cerebro y las glándulas suprarrenales. Presenta solo ~25 % de la bioactividad del estradiol, no está unida a la SHBG, sino que solo en pequeña medida se une a la albúmina. El exceso de estrona después de la menopausia causa hiperplasia y, posiblemente, el desarrollo del carcinoma endometrial. A niveles superiores a 259-277 pmol/l (70-75 pg/ml), provoca sangrados del útero. Solo un 3-7 % de los sangrados del útero en las mujeres postmenopáusicas está originado por el carcinoma endometrial. No obstante, es necesario determinar la causa de cada sangrado para poder excluir la neoplasia. El nivel de estradiol en sangre es bajo. Es probable que se origine como resultado de una conversión extraglandular de la estrona.

El andrógeno principal es la androstenediona, aunque su nivel es más bajo que antes de la menopausia (~80 % tiene su origen en las glándulas suprarrenales y ~20 % en los ovarios). El nivel de testosterona no disminuye, mientras que los niveles de DHEA y DHEA-S disminuyen gradualmente y aumenta el nivel de SHBG. La testosterona durante el período postmenopáusico se origina, principalmente, en los ovarios.

Cuadro clínicoArriba

Los problemas principales de este periodo, como síndrome climatérico, cambios metabólicos (incluyendo osteopenia y osteoporosis) y cambios atróficos en el sistema urinario y genital están causados por el hipoestrogenismo y envejecimiento de los tejidos. Consisten principalmente en cambios atróficos e inflamatorios del sistema urogenital, que causan micción dolorosa y dispareunia, sequedad, irritación, ardor, picor y leucorrea.

En la perimenopausia y la postmenopausia temprana, aparece una mayor susceptibilidad al desarrollo de la depresión y los episodios de la depresión mayor. Esto afecta con mayor frecuencia a mujeres con antecedentes de este tipo de trastornos. La terapia hormonal de la menopausia no cura la depresión, pero reduce los síntomas vasomotores, que probablemente intensifican los síntomas psíquicos.