Gammagrafía y PET

1. Gammagrafía de receptores

Aprovecha la presencia de los receptores de la somatostatina en las membranas celulares del tumor. La gammagrafía de receptores es una prueba de alta sensibilidad que permite localizar un tumor indetectable en otras pruebas de imagen y diagnosticar metástasis de las neoplasias neuroendocrinas. Asimismo, puede servir para controlar la recurrencia de la enfermedad y permite determinar si los enfermos son aptos para un tratamiento con análogos de la somatostatina y para la terapia isotópica con análogos de la somatostatina marcados con radionucleidos (fig. IV.J.2-1 y fig. IV.J.2-2A). Los análogos de la somatostatina –normalmente octreotida u octreotato– son isótopos radiactivos marcados, hasta hace poco principalmente con indio 111 (111In), y en la actualidad fundamentalmente con tecnecio 99mTc y el marcador positrónico 68Ga. Los pequeños compuestos orgánicos conjugados con el análogo de la somatostatina y con el átomo del elemento radiactivo cumplen la función de ligando quelante (p. ej. la DTPA-octreotida lleva el nombre de pentetreotida). De manera convencional, se realiza una tomografía por emisión de fotón único (SPECT) o, idealmente, un SPECT-TC por medio de una máquina en la que la cámara gamma se encuentra unida al escáner de TC, lo cual permite fusionar las imágenes del SPECT con las de la TC. La resolución de la prueba es de 1–1,5 cm (es posible que los tumores más pequeños no se detecten, sobre todo si la densidad de los receptores de la somatostatina no es alta), y se estima que su sensibilidad es de ~85% (la más baja en los insulinomas). El hígado y el bazo captan una gran parte de los análogos de la somatostatina marcados con isótopos, lo cual puede dificultar la detección de los pequeños tumores de páncreas o duodeno. La gammagrafía de receptores PET-TC con análogo marcado con 68Ga (68Ga-PET-TC) posee una sensibilidad y una resolución mucho mayores. En la actualidad, es la prueba habitual para localizar las NEN y detectar sus metástasis (fig. IV.J.2-1B, fig. IV.J.2-3). La gammagrafía no suele revelar los carcinomas poco diferenciados, ya que pierden la capacidad de expresar los receptores de la somatostatina. Los análogos de la somatostatina poseen una afinidad selectiva solo por algunas clases de receptores de la somatostatina, por eso es posible mostrar las neoplasias con expresión de receptores SSTR2 (y en mucha menor medida, SSTR5) por medio de los marcadores mencionados.

2. Gammagrafía con metayodobencilguanidina (MIBG) marcada con yodo radiactivo (123I o 131I)

Gracias a la expresión de los transportadores de las catecolaminas, las células neuroendocrinas captan y almacenan de manera específica la metayodobencilguanidina (compuesto derivado de la guanetidina y el bretilio). La prueba sirve principalmente para localizar feocromocitomas (cap. IV.E.2.2), pero las células de las NEN productoras de serotonina (fig. IV.J.2-4), y con menos frecuencia, las células del carcinoma medular de tiroides, también suelen captar este marcador. Un radiofármaco marcado con131I y administrado en dosis altas puede tener actividad terapéutica.

3. Tomografía por emisión de positrones (PET)

La PET con fluorodesoxiglucosa marcada (18F-FDG PET-TC) suele dar un resultado negativo en los casos de NEN, principalmente de NEN G1 (véase más abajo: Exámenes morfológicos). No se recomienda realizar esta prueba de forma rutinaria para diagnosticar neoplasias neuroendocrinas de malignidad baja. No obstante, se puede considerar para diagnosticar neoplasias G3. Una acumulación de 18F-FDG en los focos tumorales supone un factor pronóstico negativo de la NEN. La 18F-DOPA-PET es una nueva y prometedora técnica de imagenología para diagnosticar las NEN, sobre todo aquellas neoplasias que no muestran expresión de receptores de la somatostatina.