Uretrografía y cistografía

El objetivo de la uretrografía consiste en visualizar la presencia de estenosis congénitas o adquiridas y las válvulas de la uretra, así como las fístulas por traumatismos. Se introduce en la uretra un catéter, por el cual se administra un medio de contraste yodado (uretrografía retrógrada) y se observa el llenado de la luz uretral. Tras la administración de un mayor volumen de contraste, se puede evaluar la vejiga urinaria (cistouretrografía; →fig. V.B.4-20). Generalmente, el examen termina con la toma de imágenes durante la micción (cistouretrografía miccional), lo que complementa los estudios urodinámicos en caso de trastornos de la micción.

La cistografía es una prueba radiológica que se realiza tras la administración de un medio de contraste yodado en la luz de la vejiga urinaria a través de un catéter introducido por la uretra o mediante una punción suprapúbica. Evidencia los contornos interiores de las paredes vesicales y la extensión de los infiltrados neoplásicos, así como su ubicación frente a las uniones ureterovesicales.

La cistografía (cistouretrografía) miccional sirve para evaluar la eficacia de los mecanismos valvulares en las uniones ureterovesicales. Después de llenar la luz vesical con un medio de contraste, se toman imágenes radiológicas antes de y durante la micción.