Tomografía computarizada

Además de servir para representar las lesiones extraarticulares en el curso de enfermedades reumáticas (→los capítulos correspondientes), la TC es una herramienta perfecta para evaluar las estructuras óseas y las calcificaciones. No obstante, la sensibilidad de la TC no es suficiente para diferenciar los tejidos blandos de las estructuras intraarticulares. La resolución de contraste limitada de la TC a la hora de evaluar el cartílago, la membrana sinovial y los ligamentos se mejora inyectando de forma adicional un medio de contraste de yodo o aire (artrografía por TC). Este proceso permite detectar las fisuras de meniscos y las lesiones condrales abiertas. Se usa principalmente para diagnosticar lesiones postraumáticas. Gracias a la buena representación de las estructuras óseas y la posibilidad de reconstruirlas en diferentes planos, la TC posibilita diagnosticar fracturas latentes y realizar una evaluación preoperatoria (p. ej. para planificar la cirugía o seleccionar el modelo de endoprótesis articular).

 La TC es útil para representar las articulaciones de estructura compleja o las que se hayan visto desplazadas por otras estructuras anatómicas, p. ej. las articulaciones temporomandibulares, las articulaciones de la columna (→fig. VII.C.2-18) y las articulaciones sacroilíacas (→fig. VII.C.2-19).