Vacunación de personas con trastornos de la coagulación

Debido al riesgo de formación de hematomas después de la inyección, en personas con trastornos de la coagulación las vacunas IM se administran a menudo VSc o por vía intradérmica. Sin embargo, este procedimiento suscita la preocupación de que la eficacia de la vacunación pueda reducirse. Si un enfermo con diátesis hemorrágica necesita vacunación contra la hepatitis B u otra administrada IM, esta debe realizarse IM si el médico considera que esta vía es relativamente segura. Esto requiere conocer el riesgo de hemorragia.

La inyección IM probablemente sea segura si el recuento de plaquetas es ≥30 000-50 000/µl. Si el enfermo está recibiendo factores de coagulación de los que carece u otro tratamiento similar, se puede vacunar IM poco después de recibir dicho tratamiento. En hemofílicos se debe evitar la vacunación el día de la administración del factor de coagulación, ya que esto puede aumentar el riesgo de aparición de inhibidores exógenos del factor de coagulación.

Para la vacunación IM se debe utilizar una aguja fina (≤0,5 mm [≥23 G]) y no frotar el lugar de la inyección, sino aplicar una presión firme durante ≥2 min. Se debe informar al paciente del riesgo de hematoma en el lugar de la inyección. Entre 153 personas con hemofilia a las que se les administró la vacuna contra la hepatitis B con una aguja de un diámetro ≤0,5 mm (23 G) con presión constante en el lugar de la inyección durante 1-2 min, el 4 % presentó sangrado, pero ninguno de ellos requirió corrección con factores de la coagulación. Se desconoce si la incidencia de sangrados es similar con la administración de antígenos que pueden causar reacciones locales más intensas (p. ej. antígenos de tos ferina).

Las mismas normas de administración de las vacunas IM se aplican tanto a las personas que reciben anticoagulantes como a las que presentan trastornos de la coagulación.