El plomo metálico (CAS 7439-92-1) y los compuestos inorgánicos de plomo pueden absorberse por vía inhalatoria y alimentaria. En la actualidad ya no se producen intoxicaciones agudas, sin embargo pueden ocurrir exposiciones ambientales (sobre todo en niños) y laborales (adultos). Las intoxicaciones laborales crónicas en adultos se producen con más frecuencia en la fabricación de acumuladores y baterías, producción de perfiles para ventanas de PVC con el uso de estabilizadores con contenido de plomo, algunas pinturas y colorantes, latas y ciertos cosméticos. Las intoxicaciones por compuestos orgánicos de plomo son muy raras.
Cinética y metabolismo
En adultos las sales inorgánicas de plomo ingresan en el sistema sobre todo a través de los pulmones y, en menor grado, por el tracto digestivo. El plomo en sangre se une en el 99 % a los eritrocitos. Penetra en los tejidos blandos y se acumula en los huesos (el 95 % de la cantidad total de plomo en el sistema en caso de una exposición continua). Se elimina por los riñones.
Toxicidad
Uniéndose a los grupos sulfhidrilo, el plomo inhibe la actividad de algunas enzimas, p. ej. aquellas que participan en la síntesis del hemo, por lo que la intoxicación se manifiesta con anemia y el aumento de la producción de protoporfirina libre por los eritroblastos. Al ser un ion divalente, altera los procesos que involucran al ion de calcio, p. ej. respiración mitocondrial y función nerviosa. Puede afectar a los ácidos nucleicos y membranas celulares. Consecuencias: reducción del tiempo de vida de los eritrocitos, hemólisis, anemia, nefrotoxicidad, hipertensión arterial.
Cuadro clínico
Intoxicación grave (concentración de plomo en sangre >80 µg/dl): dolor abdominal (el denominado cólico saturnino), estreñimiento, inapetencia, artralgia, mialgia, dificultad para concentrarse y alteraciones de la memoria reciente, disminución de la libido, signos de neuropatía periférica (debilidad de los extensores), anemia, punteado basófilo de los eritrocitos, signos de afectación renal, pigmentación azulada en el margen de las encías (ribete de Burton).
Una intoxicación más leve (concentración de plomo en sangre 30-70 µg/dl) es asintomática o provoca: cansancio, mialgias, irritabilidad, insomnio, disminución del apetito, empeoramiento de la memoria reciente y dificultad para concentrarse.
Diagnóstico
Anamnesis detalladas orientadas a las actividades desarrolladas tanto en el ámbito laboral como en la vida cotidiana. Exploraciones complementarias recomendadas: concentración de plomo en sangre, hemograma con frotis, concentración sérica de urea y creatinina, análisis general de orina, ácido δ-aminolevulínico en orina.
Tratamiento
1. Interrumpir la exposición (en intoxicaciones orales considerar limpieza intestinal completa) y tratamiento sintomático.
2. Antídotos: edetato de calcio disódico (CaEDTA) iv. 1 g/d en 500 ml de solución de glucosa o NaCl, tiempo de infusión: 1-2 h. Dosis máxima 2 g/d. Duración de la terapia hasta 5 días. Se puede continuar el tratamiento de eliminación administrando el ácido dimercaptosuccínico (DMSA). El fármaco se administra VO a dosis de 10 mg/kg/d dividido en 3 dosis diarias durante 5 días, si la concentración de plomo en suero después del tratamiento con CaEDTA supera 45 µg/dl.