Amoníaco e hidróxido de amonio

El amoníaco (gas; CAS 7664-41-7) es utilizado en la industria, principalmente en los equipos de refrigeración. El amoníaco es trasportado en cisternas en forma de amoníaco líquido, pudiendo pasar a la atmósfera si existe algún daño en el camión cisterna. Se disuelve en agua con facilidad, formando asimismo el hidróxido de amonio (CAS 1336-216), cuya acción corrosiva sobre el tracto digestivo, ojos y piel depende de la concentración de amoníaco. Las soluciones con un pequeño porcentaje de amoníaco (utilizadas en los productos de limpieza domésticos) son relativamente poco tóxicas. A nivel industrial se utiliza en concentraciones de hasta el 30 %. Las emergencias químicas y accidentes durante el transporte suelen ser las fuentes más frecuentes de exposición.

Irrita los ojos a una concentración de 30 ppm, mientras que las quemaduras químicas de las conjuntivas, mucosas del sistema respiratorio y piel pueden producirse a una concentración de ~700 ppm. Permanecer en una atmósfera que contiene amoníaco a una concentración de 1500 ppm conduce a la muerte en 30 min.

Cuadro clínico

En la proximidad de un derrame de amoníaco (gas) la muerte suele producirse por: asfixia, congelamiento, extensas quemaduras químicas de la piel o abrasamiento debido a la ignición de la fuga. Las personas que se encuentran a una distancia más grande de la fuente de exposición pueden experimentar un daño tisular en forma de necrosis licuefactiva, sobre todo de las vías respiratorias y ojos. La extensión y las características de la lesión química dependen de la concentración del gas.

El amoníaco presente en el aire a concentraciones bajas causa: lagrimeo, edema y lesión de las conjuntivas y las córneas, ardor en la boca y en la faringe, ronquera, estridor laríngeo, sibilancias en los bronquios, disnea, manifestaciones de neumonía o de edema pulmonar tóxico, incluso hasta 48 h desde la intoxicación. El consumo de hidróxido de amonio (“agua de amoníaco”) causa ardor y dolor en la boca, garganta y tórax, disfagia, vómitos (a veces sanguinolentos) y síntomas de mediastinitis química en caso de perforación del esófago.

Tratamiento

1. Descontaminación

1) En la intoxicación por inhalación: extraer al enfermo de la estancia contaminada e iniciar oxigenoterapia (→cap. II.O.4). Los socorristas deben estar debidamente protegidos, es necesario utilizar una ropa de protección personal adecuada.

2) Descontaminación de la piel y los ojos →cap. XIII.A.3.

3) En la intoxicación oral: está prohibido realizar el lavado de estómago, así como administrar neutralizadores y carbón activado. Es necesario realizar la esofagogastroscopia (en caso de perforación: tratamiento quirúrgico).

2. Medidas para acelerar la eliminación: no existen.

3. Tratamiento sintomático: se deben mantener las funciones vitales y corregir las alteraciones que vayan surgiendo.

Complicaciones

Las secuelas a largo plazo dependen de la gravedad de las quemaduras ópticas, de la piel, de las vías respiratorias, esofágicas y gástricas (las cicatrices pueden provocar una obstrucción esofágica permanente).