Tiroiditis aguda supurativa bacteriana (piógena)

La tiroiditis aguda supurativa bacteriana (piógena) es muy rara. La infección se adquiere por vía hematógena o por contigüidad desde los tejidos adyacentes. Agentes etiológicos: estreptococos (Streptococcus pyogenes), estafilococos (Staphylococcus aureus) y, con menor frecuencia, Escherichia coliSalmonella typhimurium. En las tiroiditis recurrentes: bacterias anaeróbicas. Aparecen: edema doloroso de la glándula tiroidea, fiebre y escalofrío, se desarrollan abscesos y adenopatías dolorosas. Por lo general, la función tiroidea no está alterada. En la ecografía, la ecogenicidad del absceso está disminuida y es heterogénea. En la gammagrafía el absceso no tiene capacidad de captar el marcador ("foco frío"). En el examen citológico: solo exudado purulento (→ mandar las muestras para cultivos microbiológicos). Aparece leucocitosis y la VHS está elevada.

El tratamiento de elección es la antibioticoterapia en régimen de hospitalización y el drenaje quirúrgico del absceso o la extirpación parcial o total de la glándula afectada. Tras tomar muestras para cultivos microbiológicos se debe comenzar inmediatamente el tratamiento empírico, dependiendo de los factores de riesgo, gravedad de la infección, antecedentes de reacciones alérgicas a los antibióticos y el último tratamiento antibacteriano empleado. El tratamiento empírico inicial en pacientes inmunocompetentes sin alergia a penicilinas → administrar iv. penicilina resistente a penicilinasas en combinación con inhibidor de β-lactamasas (p. ej. piperacilina con tazobactam) y con vancomicina en caso de sospechar una infección por SARM. Si el agente etiológico es conocido → administrar antibióticos conforme al antibiograma. Los agentes más frecuentes son: S. Aureus → cefazolina (o vancomicina en caso de SARM), estreptococo → administrar penicilina o ceftriaxona.