Tratamiento anticoagulante
(Véase más sobre el tema en: Guías: COVID–19 y trastornos de la hemostasia. Parte 2 — nota de la editorial)
Recomendaciones: pruebas de laboratorio
- No hay datos que justifiquen determinar los parámetros del sistema de coagulación (es decir, dímero D, tiempo de protrombina, recuento plaquetario, fibrinógeno) en los pacientes con COVID-19 que no requieren hospitalización (A III).
- En los pacientes hospitalizados con COVID-19, los parámetros de coagulación se determinan de forma rutinaria, aunque no hay datos suficientes para recomendar a favor o en contra de su consideración a la hora de tomar decisiones de tratamiento (B III).
Recomendación: tratamiento anticoagulante o antiplaquetario prolongado
En los pacientes con COVID-19 diagnosticada que reciban un fármaco anticoagulante o antiplaquetario a causa de una enfermedad concomitante, se debe continuar el tratamiento.
Recomendaciones: prevención de la enfermedad tromboembólica venosa y tamizaje
- No se debe implementar un tratamiento anticoagulante o antiplaquetario como prevención de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV) o la trombosis arterial en enfermos con COVID-19 que no requieren hospitalización, si no hay otras indicaciones.
- En los adultos hospitalizados con COVID-19 se debe administrar una profilaxis de la ETV de acuerdo con los protocolos actuales de tratamiento hospitalario para el resto de enfermos adultos (A III).
- El diagnóstico de la COVID-19 no debería influir en las recomendaciones del pediatra en cuanto a la prevención de ETV en los niños hospitalizados (B III).
- No se debe administrar ningún tratamiento anticoagulante ni antiplaquetario para prevenir la trombosis arterial adicionalmente al manejo estándar en los pacientes sin COVID-19 (A III).
- No existen datos suficientes que permitan recomendar a favor o en contra de la administración de fármacos trombolíticos, o aumentar las dosis de anticoagulantes en la prevención de la ETV en los pacientes hospitalizados con COVID-19, excepto en los ensayos clínicos (B III).
- En los pacientes con COVID-19 que reciban el alta hospitalaria, la profilaxis de la ETV no se debe administrar de forma rutinaria (A III).
- Se puede considerar prolongar la profilaxis de la ETV en los pacientes con bajo riesgo de hemorragia y alto riesgo de ETV de la misma forma que en los pacientes sin COVID-19 (B I).
- No existen datos suficientes que permitan recomendar a favor o en contra de la realización de pruebas de tamizaje rutinarias de trombosis venosa profunda en los pacientes con COVID-19 sin síntomas de ETV, independientemente de los resultados de parámetros de coagulación (B III).
- En los pacientes hospitalizados con COVID-19, se debe valorar la probabilidad de que desarrollen una enfermedad tromboembólica en caso de que su función pulmonar, cardíaca o nerviosa empeore rápidamente o se produzca una pérdida repentina y localizada de perfusión periférica (A III).
Recomendaciones: tratamiento
- En los pacientes con COVID-19 que hayan sufrido un incidente tromboembólico o en los que haya una firme sospecha de enfermedad tromboembólica sin que puedan realizarse pruebas de imagen, se deben administrar anticoagulantes a dosis terapéutica de acuerdo con el manejo estándar de los pacientes sin COVID-19 (A III).
- En los pacientes con COVID-19 que requieren OMEC o un tratamiento sustitutivo renal continuo, así como en los que hayan desarrollado trombosis asociada a catéter o a una línea extracorpórea, se debe administrar un tratamiento anticoagulante de acuerdo con el manejo estándar de los pacientes sin COVID-19 (A III).
Recomendaciones: medidas de precaución durante el embarazo y la lactancia
- La administración de un tratamiento anticoagulante durante el parto en las enfermas con COVID-19 requiere un manejo y una planificación especializados; el tratamiento dependerá de las indicaciones para la anticoagulación (A III).
- La heparina no fraccionada, la heparina de bajo peso molecular y la warfarina no se acumulan en la leche humana y no producen un efecto anticoagulante en el recién nacido. Por lo tanto, estos fármacos se pueden administrar en las mujeres lactantes, ya presenten COVID-19 o no, si resultara imprescindible prevenir o tratar la ETV (A III). Sin embargo, no se recomienda administrar anticoagulantes orales directos de forma rutinaria puesto que no hay datos de seguridad disponibles (A III).