Interpretación de los resultados de la prueba broncodilatadora
Realizar una espirometría antes y después de administrar un broncodilatador permite evaluar los cambios en la función pulmonar como respuesta al fármaco. Como un resultado normal no descarta la mejoría después de la inhalación del broncodilatador, en la actualidad se recomienda que la primera espirometría de diagnóstico siempre incluya la prueba broncodilatadora. En función de la situación clínica, las siguientes pruebas se pueden realizar con o sin broncodilatador. También se ha señalado la necesidad de distinguir los conceptos "obstrucción reversible" (por defecto normalización de VEF1/CVF) y "mejoría significativa" (cambio de VEF1 y/o CVF) y la necesidad de unificar la nomenclatura en este ámbito. Cabe destacar que las reglas presentadas en este documento solo explican cómo valorar los cambios en la función pulmonar después de la inhalación del broncodilatador, pero no cómo utilizar los resultados obtenidos para tomar decisiones diagnósticas y terapéuticas.
La reacción al fármaco se puede interpretar de dos maneras, considerándose relevantes:
1) la superación del límite superior de la mejoría en la población sana, o
2) la superación de un valor con relevancia clínica determinada.
Parece que la interpretación basada en el criterio de variabilidad en la población sana no tiene relevancia clínica. Por lo tanto, actualmente los expertos se inclinan por recomendar una evaluación basada en umbrales validados clínicamente.
Métodos de expresión de la mejoría tras la administración del fármaco
Hasta ahora, los cambios en los parámetros de la función pulmonar después de administrar el fármaco se expresaban de distintas formas:
1) en valores absolutos (litros o mililitros)
2) como porcentaje del valor inicial
3) como porcentaje del valor de referencia
4) combinando los índices anteriores.
Hasta ahora, el criterio más utilizado para determinar un resultado positivo en la prueba broncodilatadora era un aumento (mejoría) de 200 ml del parámetro y de 12 % con respecto al valor inicial. El mayor inconveniente de este criterio es que el cambio expresado como porcentaje del valor inicial (y en menor medida el cambio absoluto) depende de la estatura, el sexo y la edad, tanto en las personas enfermas como en las sanas. Por lo tanto, actualmente no se recomienda este modo de evaluación, sino calcular la mejoría después de administrar el fármaco como porcentaje del valor de referencia, es decir:
respuesta al fármaco (del parámetro de función pulmonar) = |
– valor antes de administrar el fármaco | x 100 |
Por ejemplo, para el VEF1 la mejoría después de administrar el fármaco (expresada en porcentaje) se calcula de la siguiente manera:
ΔVEF1 = | x 100 | |
En la práctica, lo más sencillo es calcular este cambio como la diferencia entre los valores del parámetro de la función pulmonar después y antes de administrar el fármaco, expresados como porcentaje del valor de referencia.
respuesta al fármaco (del parámetro de función pulmonar) |
= |
valor después de administrar el fármaco (% del valor de referencia) – valor antes de administrar el fármaco (% del valor de referencia) |
Por ejemplo, para el VEF1:
ΔVEF1 = |
VEF1pos(%ref) – VEF1pre (%ref) |
Una mejoría >10 % del valor de referencia se considera significativa. En las guías polacas de espirometría, en 2006 ya se recomendaba comparar los resultados de la prueba broncodilatadora con el valor de referencia en vez del valor inicial.7
En caso de que los parámetros de la función pulmonar cambien después de administrar el fármaco, las decisiones diagnósticas o te-rapéuticas se deben tomar con cautela y el resultado siempre se debe interpretar según el contexto clínico. Conviene señalar que el punto de corte recomendado (10 %) no se ha validado clínicamente y no puede servir para diagnosticar o descartar el asma, ni para diferenciar el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). No obstante, las guías de la GINA indican que para interpretar los cambios observados en la espirometría con broncodilatador en niños, se debe contemplar la mejoría en relación con el valor de referencia, en vez del valor inicial.
Bibliografía:
1. Stanojevic S., Kaminsky D.A., Miller M. y cols., ERS/ATS technical standard on interpretive strategies for routine lung function tests, Eur. Respir. J., 2021; doi:10.1183/13 993 003.01 499-20212. Pellegrino R., Viegi G., Brusasco V. y cols., Interpretative strategies for lung function tests, Eur. Respir. J., 2005; 26: 948-968
3. Hall G.L., Filipow N., Ruppel G. y cols., Official ERS technical standard: Global Lung Function Initiative reference values for static lung volumes in individuals of European ancestry, Eur. Respir. J., 2021; doi: 10.1183/13 993 003.00 289-2020
4. Stanojevic S., Graham B.L., Cooper B.G. y cols., Official ERS technical standards: Global Lung Function Initiative reference values for the carbon monoxide transfer factor for Caucasians, Eur. Respir. J., 2017; doi: 10.1183/13 993 003.00 010-2017
5. Quanjer P.H., Stanojevic S., Cole T.J. y cols., Multi-ethnic reference values for spirometry for the 3-95-yr age range: the global lung function 2012 equations, Eur. Respir. J., 2012; 40: 1324-1343
6. Graham B.L., Steenbruggen I., Miller M.R. y cols., Standardization of spirometry 2019 update. An official American Thoracic Society and European Respiratory Society Technical statement, Am. J. Respir. Crit. Cared. Med., 2019; 200: e70-e88
7. Boros P., Franczuk M., Wesolowski S., Zasady interpretacji wyników badania spirometrycznego, Pneumonol. Alergol. Pol., 2006; 74: 21-38
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