Nódulo autónomo solitario

lat. nodulus autonomicus singularis glandulae thyroideae

ing. autonomously functioning thyroid nodule

DefiniciónArriba

El nódulo autónomo solitario es un adenoma o nódulo hiperplásico, de función autónoma en la gammagrafía, que en general (pero no siempre) lleva al hipertiroidismo. En la mayoría de los casos se debe a una mutación somática del receptor de la TSH o del gen de la proteína G (su subunidad α) asociada al receptor.

EpidemiologíaArriba

Constituye un 5 % de todos los casos de hipertiroidismo y un 5-10 % de todos los nódulos tiroideos solitarios.

Cuadro clínico e historia naturalArriba

El nódulo autónomo solitario se distingue del BMT por la imagen del tiroides en la exploración física, ecografía y gammagrafía, pero no por los síntomas del hipertiroidismo. A veces se observa, por tanto, un desarrollo gradual desde el nódulo autónomo compensado (en el que todavía no se produce la supresión total de la secreción de TSH ni los síntomas de hipertiroidismo) hasta el hipertiroidismo clínico (fig. IV.B.3-11).

DIAGNÓSTICOArriba

En las pruebas hormonales se puede detectar desde una ligera o importante disminución de la concentración sérica de TSH, pero todavía con los niveles normales de las HT libres (hipertiroidismo subclínico) hasta una inhibición notoria de la secreción de TSH y concentración elevada de FT4 o solo de FT3 (hipertiroidismo clínico) acompañadas de los síntomas de un exceso de hormonas tiroideas (cap. IV.B.3).

En pacientes con hipertiroidismo clínico o subclínico y nódulo solitario está indicado realizar ecografía y gammagrafía del tiroides a fin de detectar el área de función autónoma (nódulo caliente). Si el diámetro del nódulo en la ecografía es <3 cm, no es necesario realizar PAAF, dado que el riesgo de cáncer en dicho nódulo es bajo, y se puede clasificar al paciente al tratamiento con radioyodo, que constituye el tratamiento de elección.

TratamientoArriba

En el tratamiento de nódulos autónomos que cursan con hipertiroidismo, el método de elección es la aplicación del yodo radiactivo (tab. IV.B.3-5). Debido a bajas concentraciones de TSH, se produce una inhibición de la captación de yodo del parénquima restante, razón por la cual el riesgo de desarrollar hipotiroidismo al finalizar el tratamiento es bajo. Si previamente se han administrado fármacos antitiroideos, al retirarlos debe comprobarse si la concentración de TSH ha vuelto a reducirse e iniciar el tratamiento con radioyodo tan solo cuando la concentración de TSH sea <0,1 mUI/l. Un argumento a favor del tratamiento con radioyodo es también un riesgo relativamente bajo (~2 %) de desarrollar cáncer en un nódulo autónomo solitario. Si existen indicaciones para PAAF (p. ej. nódulo >4 cm), la biopsia no debería realizarse inmediatamente antes de la administración de radioyodo porque puede causar una inhibición transitoria (hasta 1-2 semanas de duración) de la captación de yodo por el nódulo. En los nódulos de <3 cm de diámetro no es necesario instaurar el tratamiento si no se produce tirotoxicosis (el riesgo de su desarrollo es de un 2-5 % dentro de 6 años); en tal caso resulta suficiente monitorizar TSH y controlar el crecimiento del nódulo cada 6-12 meses. En los nódulos autónomos sin los síntomas tirotóxicos o en los subtóxicos (especialmente los de <3 cm de diámetro) en algunos centros se aplican, con efectos satisfactorios, inyecciones de etanol al nódulo.