Tiroiditis aguda bacteriana

Epidemiología y etiopatogeniaArriba

La enfermedad es poco frecuente y se presenta sobre todo en niños y jóvenes adultos, en ~60 % de los casos aparece cuando ya se ha producido la afectación de tiroides.  Habitualmente es provocada por bacterias: estreptococos (Streptococcus pyogenes) y estafilococos (Staphylococcus aureus), y con menor frecuencia por Escherichia coliSalmonella typhimurium.  En tiroiditis recurrentes las bacterias anaerobias son los posibles agentes etiológicos. La infección se adquiere por vía hematógena o por contigüidad en procesos supurados desde los tejidos adyacentes.

Cuadro clínico y diagnósticoArriba

Aparece un edema doloroso de la glándula tiroides y a menudo se produce un absceso. Los ganglios linfáticos vecinos están aumentados de tamaño. Se presentan fiebre y escalofríos. Por lo general no hay alteraciones de la función tiroidea. En la ecografía, la ecogenicidad de la zona afectada está disminuida y es heterogénea. En la gammagrafía el absceso no tiene capacidad de captar el marcador (“foco frío”). En el examen citológico se obtiene solo exudado purulento. Aparece leucocitosis y la VHS está significativamente elevada.

TratamientoArriba

El tratamiento de elección es la antibioticoterapia en régimen de hospitalización y el drenaje quirúrgico del absceso o la extirpación parcial o total de la glándula afectada por el proceso inflamatorio. Tras tomar muestras para cultivos microbiológicos se debe comenzar inmediatamente el tratamiento empírico, dependiendo de los factores de riesgo, gravedad de la infección, antecedentes de reacciones alérgicas a los antibióticos y el último tratamiento antibacteriano empleado. El tratamiento empírico inicial en pacientes inmunocompetentes sin alergia a penicilinas consiste en administrar penicilina resistente a penicilinasas en combinación con inhibidor de β-lactamasas (p. ej. piperacilina con tazobactam) y con vancomicina en caso de sospechar una infección por SARM. Si el agente etiológico es conocido, se administran antibióticos conforme al antibiograma. La causas más frecuentes de la enfermedad son la infección por S. aureus, en cuyo caso en el tratamiento debe considerarse cefazolina (o vancomicina en caso de SARM), o por estreptococo que requiere tratamiento con penicilina o ceftriaxona, a veces en combinación con gentamicina.