Microcarcinoma de tiroides

lat. microcarcinoma glandulae thyroideae

ing. thyroid microcarcinoma

Se refiere únicamente a un cáncer papilar diagnosticado en un examen posoperatorio, cuando el foco de tumor ≤1 cm de diámetro y no se acompaña de metástasis ganglionares o a distancia. Los microfocos de cáncer tiroideo pueden persistir sin causar una enfermedad clínicamente manifiesta (en los exámenes histológicos seriados se detectan en ≥10-20 % de los muertos por otras causas). Por lo tanto, si al realizar una cirugía de tiroides, p. ej. por EGB o bocio nodular, se encuentra un pequeño foco de cáncer (de unos pocos milímetros), se plantea la cuestión de si se trata de un cáncer de escaso potencial de crecimiento o se ha detectado un cáncer que próximamente se manifestaría de forma clínica. Desgraciadamente, desconocemos un marcador molecular que permitiría tal diferenciación. El diagnóstico posoperatorio de microcarcinoma constituye una excepción en la cual no es necesario reoperar al paciente para realizar una tiroidectomía total y tampoco se inicia tratamiento con radioyodo. No obstante, es necesario excluir metástasis ganglionares y a distancia. En el manejo posterior se recomienda realizar ecografía de control después de 6 y 12 meses, luego cada 12 meses durante 5-10 años y posteriormente con menor frecuencia. Otro elemento importante de control es la monitorización de los niveles de tiroglobulina en sangre, pero la interpretación de los resultados es más difícil debido a la presencia de los restos de parénquima tiroideo en muchos enfermos. Por esta razón, se evalúa principalmente la dinámica de los cambios de concentración de Tg en el tiempo. La elevación persistente de los niveles de Tg requiere pruebas diagnósticas más específicas para descartar la recurrencia de cáncer.