Complicaciones posoperatorias

Las complicaciones posoperatorias más frecuentes son:

1) Hipoparatiroidismo

2) Lesión del nervio laríngeo recurrente y parálisis de las cuerdas vocales, derivado de la misma (habitualmente unilateral, relacionado con la ronquera; rara vez se presenta una disfunción respiratoria grave, presente en el parálisis bilateral, que requiere de una traqueostomía, a menudo urgente).

La frecuencia de complicaciones persistentes (una o ambas, que persisten >12 meses) es en promedio de ~5 %, y en los mejores centros quirúrgicos debe ser de <2 %. La misma depende de la extensión de la cirugía y por eso la tiroidectomía total debe ser realizada solo por cirujanos que realizan ≥50 intervenciones de este tipo al año. Los trastornos transitorios son mucho más frecuentes y suelen desaparecer después de unas semanas (hasta 6-12 meses).

El hipotiroidismo postquirúrgico es consecuencia de una reducción significativa del volumen del parénquima glandular y requiere que se administre L-T4 inmediatamente después de la cirugía. La dosificación depende de la causa de la intervención quirúrgica. Las dosis más pequeñas se utilizan en caso de previo hipertiroidismo (al principio, estos pacientes pueden presentar una sensibilidad aumentada a la tiroxina) y las más grandes, después de una cirugía de cáncer diferenciado (→ más arriba).

Después de la cirugía del bocio nodular, la administración de L-T4 sirve no solo para corregir el hipotiroidismo existente, sino también puede prevenir la recurrencia del bocio (esto no se ha comprobado de forma concluyente). Se suele considerar que el tratamiento posoperatorio con L-T4 debe durar ≥2 años. Si después de este período la suspensión gradual de L-T4 no conlleva un aumento del nivel de TSH por encima del valor normal, se puede interrumpir el tratamiento. En los demás casos se diagnostica el hipotiroidismo permanente que requiere un tratamiento estándar (→ cap. IV.B.4).