Anemia poshemorrágica

lat. anaemia posthaemorrhagica

ing. haemorrhagic anaemia

DefiniciónArriba

La anemia poshemorrágica se produce como consecuencia de una pérdida de sangre aguda o crónica.

Etiología y patogeniaArriba

Las causas agudas más comunes de la anemia son hemorragias postraumáticas. Una persona adulta puede perder hasta el 20 % del volumen sanguíneo sin síntomas de anemia ni alteraciones en el sistema circulatorio. Después de sufrir la hemorragia, el organismo se adapta a la anemia realizando modificaciones en el aparato circulatorio y desplazando a la derecha la curva de disociación de la Hb.

La pérdida de sangre crónica que desemboca en la anemia poshemorrágica suele deberse a una hemorragia en el tracto digestivo (causas →cap. III.A.6). En esos casos, la hemorragia se manifiesta al producirse un déficit de hierro.

Cuadro clínicoArriba

Los síntomas dependen de la rapidez de instauración de la hemorragia, del volumen de sangre perdido y de la edad del enfermo.

1. Hemorragia aguda

Se consideran hemorragias masivas las que requieren una transfusión de >10 UI de concentrado de hematíes (CH) en 24 h (según algunos autores, en 2-6 h).  Consecuencias de la pérdida de sangre aguda →cap. I.C.2.1.1. Grados de hipovolemia en función de la magnitud de la pérdida de sangre circulante →tabla I.C.2-1.

2. Hemorragia crónica

Se desarrollan síntomas de anemia ferropénica (→cap. VI.D.2).

DiagnósticoArriba

Exploraciones complementarias

1. Análisis de sangre periférica

1) concentración de Hb inmediatamente después del sangrado puede ser normal; el aumento compensatorio del volumen plasmático en las siguientes 36-72 h desemboca en una reducción de la concentración de la Hb, objetivándose una anemia normocítica (VCM 82-92 fl) normocrómica (HCM 27-31 pg)

2) reticulocitosis: en las hemorragias agudas, el pico tiene lugar entre el 7.º y el 10.º día desde el sangrado

3) eritroblastos en el frotis de sangre periférica

4) recuento de leucocitos 10 000-30 000/µl con neutrofilia (metamielocitos y mielocitos tras una hemorragia masiva con hipoxia tisular y shock)

5) puede producirse una trombocitopenia secundaria a la hemorragia aguda y asociada a las posteriores transfusiones masivas, mientras que en las hemorragias crónicas —sobre todo con déficit de hierro concomitante— se puede producir una trombocitosis.

2. Morfología de la médula ósea

Se observa un porcentaje elevado de eritroblastos policromatófilos y ortocromatófilos.

3. Otras pruebas de laboratorio

1) signos de déficit de hierro en el hemograma: en caso de pérdida crónica de sangre (→cap. VI.D.2)

2) concentración elevada de eritropoyetina en sangre: en función de la gravedad de la anemia

3) coagulopatía como consecuencia de una pérdida masiva de sangre, del consumo de los factores de coagulación y de la dilución de plaquetas y los factores de coagulación tras la transfusión de CH (de forma proporcional al número de unidades transfundidas) y líquidos; la concentración de fibrinógeno disminuye significativamente; el tiempo de protrombina (TP) y el tiempo de tromboplastina parcial activado (TPPa) se multiplican por >1,5.

4. Otras exploraciones complementarias

En función de la causa; p. ej. la endoscopia puede revelar el lugar de sangrado en el tracto digestivo.

TratamientoArriba

Hemorragia aguda →cap. I.C.2.1.1. Hemorragia crónica →cap. VI.D.2.