Gripe (influenza)

EtiopatogeniaArriba

Gripe estacional: enfermedad anual, frecuente durante la temporada epidémica causada por los virus de la gripe tipos A y B que circulan entre los humanos. En el hemisferio norte la temporada de gripe suele durar 3 meses y abarca el período octubre-abril, siendo entre mayo-septiembre en el hemisferio sur. Gripe pandémica: un tipo de gripe nuevo y emergente que se presenta en un lapso de años o de decenas de años en forma de epidemia mundial (pandemia) causada por nuevos subtipos o variantes del virus tipo A; p. ej. la gripe española (en los años 20 del siglo XX). La infección se extiende muy rápidamente y durante la pandemia el número de casos es varias veces más elevado que durante las epidemias de la gripe estacional de cada año. La OMS decide declarar una pandemia basándose en la extensión geográfica de la infección por el nuevo tipo de virus y no en su gravedad.

1. Agente etiológico: virus de la gripe tipo A, B y C. Los tipos A y B son los responsables de las epidemias en los seres humanos. El tipo A tiene su principal reservorio en las aves y comprende diversos subtipos según la especificidad de los antígenos de dos glicoproteínas de superficie: la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). La gripe estacional está habitualmente causada por los virus de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2) y en menor medida por los virus tipo B, cuyo reservorio exclusivo es el ser humano (aprox. 20 % de los casos). Los virus se caracterizan por su corto período de incubación y gran variabilidad antigénica, causando brotes anuales y determinando la necesidad de actualizar el componente de las vacunas. En los últimos años en seres humanos se han registrado casos esporádicos de infección causada por los virus de la gripe aviar (tipos potencialmente pandémicos), asociados a complicaciones graves y alta mortalidad (principalmente en Asia y Egipto [H5N1], últimamente también en China [H7N9]). En junio de 2009 la OMS anunció la pandemia causada por una nueva variante del virus de la gripe A(H1N1pdm09), antes A(H1N1v), llamada gripe porcina, que dominó la temporada 2009/2010 y que desplazó casi totalmente a los otros subtipos de la gripe estacional conocidos hasta la fecha. En las siguientes temporadas pospandémicas esta variante ha seguido circulando, con menor intensidad. Las temporadas de gripe son muy variables.

2. Patogenia: el virus de la gripe se une y penetra en las células del epitelio de las vías respiratorias altas y bajas mediante la hemaglutinina. Una vez en su interior se multiplica, lo que induce edema y necrosis del epitelio traqueal, bronquial y bronquiolar. No hay viremia y los síntomas generales son secundarios a la actividad de las citoquinas liberadas durante la reacción inflamatoria. La replicación extrapulmonar del virus de la gripe aviar subtipo H5N1 es una excepción. El ciclo de replicación dura 6-12 h. En comparación con virus típicos de la gripe estacional, el virus A/H1N1pdm09 tiene mayor afinidad por las células epiteliales del tracto inferior de las vías respiratorias, tiene capacidad de penetrar más profundamente en el sistema respiratorio e infectar los alvéolos pulmonares.

3. Reservorio y vías de transmisión. Virus tipo A: principalmente animales (p. ej. cerdos, mamíferos marinos, caballos, félidos, aves domésticas y silvestres) y seres humanos. La infección se transmite por gotitas y posiblemente por el contacto con objetos contaminados o a través de las manos. Virus de la gripe aviar: reservorio en aves. El contagio de la infección a los seres humanos es posible por el contacto directo con aves enfermas o muertas (al tocarlas), la ingestión de carne cruda o poco cocida, o por la ingestión de huevos crudos de aves infectadas.

4. Factores de riesgo de infección:

1) contacto cercano prolongado (hasta 1,5 m) con una persona infectada sin usar protección (mascarilla facial) o contacto cara a cara sin mascarilla

2) contacto directo con una persona enferma o infectada o con objetos contaminados

3) higiene inadecuada de manos

4) tocar con manos contaminadas los labios, la nariz y los ojos

5) permanecer en lugares con hacinamiento, especialmente en espacios cerrados.

5. Período de incubación y transmisibilidad: el período de incubación es de 1-4 días (un promedio de 2 días). El período de transmisibilidad en adultos es 1 día antes y hasta 5 días después de la aparición de los síntomas (a veces incluso hasta 10 días) y en niños pequeños es unos días antes y ≥10 días después de la aparición de los síntomas. Los pacientes con inmunodeficiencias graves pueden excretar el virus hasta varios meses. El período de incubación corto y la variabilidad antigénica de los virus (sobre todo del virus de la gripe tipo A) hacen que la inmunidad adquirida sea transitoria.

Cuadro clínico e historia naturalArriba

Aparición súbita de los síntomas

1) generales (inicialmente predominantes): fiebre, sensación de frío, escalofríos, marcada astenia , mialgias, cefalea (más frecuentemente frontal y retroocular), decaimiento y malestar general

2) respiratorios (suelen manifestarse después de ~3 días de la enfermedad, cuando la intensidad de los síntomas generales disminuye): odinofagia, síntomas de rinitis (poco intensos por lo general), tos seca y agotadora

3) otros (menos frecuentes): laringitis u otitis media, náuseas, vómitos, diarrea leve.

En adultos mayores, la  astenia o las alteraciones de la conciencia pueden ser los síntomas principales. La enfermedad suele resolverse espontáneamente en 3-7 días, pero la tos y el decaimiento pueden persistir ≥2 semanas. Hasta el 50 % de las infecciones son asintomáticas.

DiagnósticoArriba

Exploraciones complementarias

Identificación del agente etiológico: detección del material genético del virus (RT-PCR), método de inmunofluorescencia (directa [DFA] o indirecta [IFA]), pruebas rápidas para el diagnóstico del antígeno del virus (RIDT), aislamiento del virus en cultivos celulares y test rápido de detección de antígeno en muestras de secreción nasofaríngea (aspirado, lavado, hisopado; las muestras tomadas de la nariz y faringe deben mezclarse →Toma de frotis nasofaríngeo y Toma de frotis de garganta y nariz). Generalmente no es necesario realizarlas. Sin embargo, hay que considerarlas en enfermos con un riesgo elevado de complicaciones y en caso de una grave (complicada) o progresiva enfermedad pseudogripal u otras indicaciones para el tratamiento hospitalario. La razón es que el resultado influye en el método de tratamiento y, en caso de muerte, permite también determinar su causa. El método diagnóstico de mayor sensibilidad es la RT-PCR (las muestras se toman con un hisopo plástico, no puede contener algodón ni madera). Los errores en el tipo de muestra, el método y el momento de su obtención y las condiciones de conservación y transporte pueden llevar a un resultado falso negativo. En caso de una importante sospecha clínica de gripe hay que considerar la repetición de la prueba. En caso de infección de las vías respiratorias inferiores, el aspirado traqueal y bronquial tiene mayor valor diagnóstico. Los test rápidos (RIDT) de detección antigénica de la gripe se caracterizan por una gran especificidad (un promedio del 98 %), pero con moderada sensibilidad (50-60 %, mayor en niños). Por eso el resultado negativo no excluye la posibilidad de infección cuando los datos clínicos y epidemiológicos indican la infección gripal. Tiempo de espera para los resultados: cultivo celular convencional 3-10 días, rápido 1-3 días, método de inmunofluorescencia 1-4 h, RT-PCR 1-6 h, RIDT <30 min.

PERSPECTIVA CHILENA

En Chile la guía de manejo clínico de influenza promueve el diagnóstico viral e indica que en todo el paciente con sospecha de gripe debe realizarse algún test diagnóstico. Adicionalmente estas pruebas han de considerarse en pacientes de alto riesgo de complicaciones o en otras indicaciones de hospitalización.

La prueba de elección en neumonía con sospecha de etiología viral es la RT-PCR en hisopado o aspirado nasofaríngeo.

 

Debido a la pandemia de COVID-19 los estudios virológicos se realizan con mayor frecuencia y deben considerarse fuertemente en enfermos hospitalizados, enfermos con riesgo de complicaciones elevado, con enfermedad pseudogripal grave (complicaciones) o progresiva o con otras indicaciones de hospitalización, ya que el resultado del examen influye en los métodos terapéuticos. Los estudios virológicos están indicados también para establecer la causa de muerte.

Las pruebas serológicas no tienen mayor importancia en la práctica clínica.

Criterios diagnósticos

1. Diagnóstico de la infección (gripe confirmada en el laboratorio): el resultado positivo de la prueba vírica es la base del diagnóstico.

2. El diagnóstico de la gripe se tiene que considerar durante la temporada de la epidemia en todo paciente con fiebre y síntomas del tracto respiratorio (odinofagia, congestión nasal y/o tos). Sobre la base del cuadro clínico se puede diagnosticar solo enfermedad pseudogripal (muchos microorganismos causan síntomas similares).

3. Clasificación de la gravedad de la enfermedad

Casos graves o complicaciones de la gripe (indicación de hospitalización). Aparte de los síntomas típicos también ≥1 de los siguientes.

1) Enfermedad de las vías respiratorias bajas (neumonía): datos clínicos (taquipnea y otros signos de disnea, hipoxia) y/o radiológicos.

2) Compromiso del sistema nervioso: convulsiones (incluidas las convulsiones febriles), alteraciones de la conciencia, encefalopatía, encefalitis, déficits neurológicos focales, síndrome de Guillain-Barré, mielitis transversa aguda.

3) Complicaciones secundarias, p. ej. miocarditis, insuficiencia renal, compromiso multiorgánico, sepsis y shock séptico, rabdomiólisis.

4) Descompensación de enfermedades crónicas subyacentes, p. ej. asma, EPOC, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, hepática o renal crónica, diabetes.

5) Otros estados graves que requieren hospitalización no mencionados anteriormente.

6) Cualquiera de los síntomas de la enfermedad progresiva (→más adelante).

Enfermedad progresiva (agravamiento): aparición de síntomas de alarma en pacientes que anteriormente han asistido al médico debido a una gripe sin complicaciones. El empeoramiento del estado del paciente puede ser muy rápido (p. ej. en 24 h). La aparición de los síntomas de alarma es una indicación para una inmediata verificación del método de tratamiento y, en la mayoría de los casos, también para la hospitalización (→más adelante, ptos. 1-3).

Síntomas y signos de alarma:

1) síntomas, signos y resultados de las pruebas de insuficiencia cardiorrespiratoria: disnea, cianosis, hemoptisis, dolor torácico, hipotensión, disminución de la saturación arterial de oxígeno (SpO2 <92 %)

2) manifestaciones que indican complicación del SNC: alteración de la conciencia, pérdida de la conciencia, sopor, convulsiones recurrentes o persistentes, debilidad considerable, parálisis o paresia

3) manifestaciones que indican deshidratación grave: disminución de la actividad, mareo o síncope al intentar levantarse, sopor o disminución de la diuresis

4) manifestaciones de laboratorio y/o clínicos de la infección viral persistente o de una infección bacteriana secundaria

5) persistencia o recidiva de fiebre alta o de otros síntomas, una vez pasados 3 días.

Diagnóstico diferencial

Rinitis catarral y otras infecciones virales de las vías respiratorias, incluida la COVID-19, infecciones bacterianas de las vías respiratorias, incluida la neumonía, rinosinusitis bacteriana aguda, faringoamigdalitis estreptocócica, descompensación de la EPOC o del asma, mononucleosis infecciosa, infección aguda por VIH, leucemia mieloide aguda, paludismo, babesiosis.

TratamientoArriba

Algoritmo de actuación →fig. 19.1-1fig. 19.1-2.

Tratamiento sintomático

1. Reposo en cama, ingesta abundante de líquidos.

2. Fármacos antipiréticos y analgésicos: paracetamol, AINE (p. ej. ibuprofeno); no prescribir AAS en niños y adolescentes hasta los 18 años de edad (riesgo de síndrome de Reye).

3. En caso necesario: fármacos antitusígenos (en casos menos graves: una cuchara de miel antes de dormir), fármacos descongestionantes que producen vasoconstricción en la mucosa nasal, soluciones con NaCl isotónicas o hipertónicas para lavado nasal.

4. Fármacos usados comúnmente, como la vitamina C y el rutósido son ineficaces.

5. Todo enfermo con insuficiencia respiratoria debe trasladarse a un centro que disponga de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO).

Tratamiento causal

1. Fármacos antivirales activos solo frente a los virus de la gripe

1) Inhibidores de la neuraminidasa (activos frente a los virus de la gripe A y B): oseltamivir, zanamivir y peramivir. Inhiben la liberación de los viriones dependiente de la neuraminidasa. El oseltamivir se administra VO, zanamivir en inhalación y peramivir iv. (dosis única).

2) Baloxavir marboxil: inhibidor selectivo de la endonucleasa del virus de la gripe. Inhibe la transcripción del ARN viral, es eficaz frente a los virus de la gripe A y B (registrado en EE. UU.).

3) Inhibidores de la M2 (activos solo frente a los virus de la gripe A), amantadinarimantadina: no recomendados debido a la resistencia común de los virus de gripe A.

Todas las cepas de los virus de gripe estacional (con pocas excepciones) son en la actualidad sensibles a los inhibidores de la neuraminidasa y al inhibidor de la endonucleasa. Cuanto más precoz es el inicio del tratamiento antiviral, mayor es su eficacia (idealmente durante 24-48 h). Por eso, en caso de sospecha de gripe en grupos de alto riesgo y en enfermos graves no debe esperarse la confirmación de laboratorio para iniciar el tratamiento.

2. Indicaciones para el tratamiento con inhibidores de la neuraminidasa o con baloxavir

1) Gripe sospechada o confirmada en pacientes hospitalizados.

2) Curso de la gripe grave complicado o progresivo (criterios →más arriba): se debe iniciar el tratamiento con oseltamivir lo antes posible. Si el oseltamivir no está disponible, existe contraindicación o se trata de una cepa resistente → administrar zanamivir o peramivir.

3) En caso de sospecha clínica de gripe o gripe confirmada por laboratorio, en personas de alto riesgo de curso grave y complicaciones (→más adelante), así como en usuarios de centros residenciales el tratamiento debe iniciarse de forma precoz, independientemente de su gravedad, idealmente en 48 h desde la aparición de los síntomas. En enfermos hospitalizados y embarazadas el fármaco de elección es el oseltamivir.

En la mayoría de los casos de gripe que tiene un curso benigno o moderado, en personas no incluidas dentro del grupo de alto riesgo de complicaciones y en pacientes en fase remitente de la enfermedad, no es necesario usar fármacos antivirales. Durante un tratamiento prolongado con oseltamivir, sobre todo en pacientes con inmunodeficiencia, se puede desarrollar resistencia a este fármaco. Las cepas del virus A/ H1N1pdm09 descritas con resistencia a oseltamivir son todas sensibles a zanamivir.

3. Dosificación y reacciones adversas

1) Oseltamivir VO 75 mg 2 × d (dosis para las personas de >40 kg o >12 años); típicamente, el tratamiento dura 5 días. Si no hay respuesta al tratamiento estándar → prolongar el tratamiento. En enfermos sin posibilidad de ingerir cápsulas opcionalmente se puede preparar una suspensión de uso oral del contenido de la cápsula, siguiendo las instrucciones del fabricante. En insuficiencia renal con aclaramiento de creatinina de 11-30 ml/min se debe reducir la dosis terapéutica a 30mg 1 × d. Reacciones adversas: náuseas/vómitos (menos intensos cuando el fármaco se administra con la comida), síntomas neuropsiquiátricos temporales (autolesiones y/o delirio).

2) Zanamivir (inhalador de polvo seco): se recomiendan 2 inhalaciones (2 × 5 mg) 2 × d durante 5 días. No administrar el zanamivir por nebulización (contiene lactosa, que puede dificultar el funcionamiento de nebulizador). Está contraindicado en pacientes con enfermedades crónicas respiratorias (asma, EPOC) o cardíacas. Reacciones adversas: broncoespasmo. No se requiere modificar la dosis en enfermos con insuficiencia renal grave.

3) Peramivir: se puede utilizar a partir de 2 años de edad. Dosificación a partir de 13 años de edad: 600 mg en infusión única iv. durante 15-30 min. Se debe disminuir la dosis en personas con disfunción renal. Reacciones adversas: puede provocar náuseas, vómitos y diarrea. Esporádicamente se han descrito reacciones cutáneas graves (eritema multiforme, síndrome de Stevens-Johnson) y trastornos neuropsiquiátricos transitorios.

4) Baloxavir: se puede utilizar a partir de 12 años de edad. La dosificación depende de la masa corporal: dosis única de 40 mg en personas de 40-79 kg y de 80 mg en personas ≥80 kg. Reacciones adversas: con mayor frecuencia diarrea, náuseas, cefalea. Esporádicamente se han descrito shock anafiláctico, urticaria, angioedema y eritema multiforme.

Tratamiento hospitalario

Indicado en casos de gripe con un curso grave o progresivo →más arriba.

1. Evaluación inicial del enfermo

1) En cada paciente hay que monitorizar el SpO2 y, en caso de neumonía, hay que mantener su valor >90 % y en algunos pacientes, como embarazadas y niños, un 92-95 %, pudiendo ser necesaria la oxigenoterapia.

2) En caso de disnea realizar una radiografía de tórax.

3) Se recomienda hacer (o repetir) técnicas diagnósticas para detectar el virus de la gripe (RT-PCR). En enfermos intubados hay que examinar la muestra de la nariz y faringe, así como el aspirado traqueal. En caso de un resultado negativo en un paciente con alta probabilidad clínica de infección, se debe repetir la prueba cada 48-72 h.

PERSPECTIVA CHILENA

En Chile no se practica la repetición de la prueba, debido a que la sensibilidad de la PCR es cercana al 100 %.

 

4) Monitorizar con frecuencia el estado clínico del paciente (puede sufrir un rápido deterioro).

2. Tras el ingreso del enfermo, se debe iniciar lo antes posible el tratamiento empírico con oseltamivir (o con otro medicamento antiviral de elección, si las indicaciones de la temporada han sido cambiadas). Habitualmente, después de la aparición de complicaciones que motivan hospitalización, hay que administrar el oseltamivir >5 días o ≥10 días o hasta confirmar la inexistencia de la replicación viral, basándose en la reducción de síntomas clínicos o el resultado de las pruebas víricas. Si los síntomas graves de la gripe se mantienen a pesar del tratamiento con oseltamivir en pacientes con una infección confirmada, considerar zanamivir o peramivir iv.

PERSPECTIVA CHILENA

En Chile, la guía clínica recomienda 5 días de tratamiento con oseltamivir, sin prolongarlo hasta 10 días.

El peramivir no está disponible en Chile.

 

3. Neumonía (especialmente grave) durante el curso de la gripe: además del tratamiento antiviral con oseltamivir administrar antibioticoterapia empírica según las recomendaciones de manejo de la neumonía adquirida en la comunidad. La neumonía bacteriana en pacientes con gripe está causada más frecuentemente por Staphylococcus aureus y neumococos, pero en cualquier caso es recomendable un diagnóstico bacteriológico. No se recomienda la administración profiláctica de antibióticos. Si la evaluación clínica y los resultados de las pruebas microbiológicas no demuestran una infección bacteriana, en pacientes con gripe confirmada hay que considerar suspender el antibiótico.

PERSPECTIVA CHILENA

 En Chile, la neumonía bacteriana en pacientes con gripe está causada con mayor frecuencia por Streptococcus pneumoniaeStaphylococcus aureus.

 

4. En casos indicados (p. ej. SDRA) ventilación mecánica.

5. Glucocorticoides: pueden reducir la mortalidad de adultos por neumonía grave, pero no se recomienda su administración rutinaria en el tratamiento de la neumonía viral, por riesgo de efectos adversos graves, entre ellos infecciones oportunistas. Considerar los glucocorticoides en dosis bajas para el manejo del shock séptico que requiere la administración de fármacos vasopresores →Sepsis y shock séptico.

ComplicacionesArriba

1) Neumonía:

a) primaria por influenza: los síntomas gripales no remiten; probablemente es la segunda causa más frecuente de neumonía viral grave durante la temporada de la epidemia de gripe, después de la COVID-19; puede desarrollarse como SDRA

b) neumonía secundaria bacteriana causada por S. pneumoniae, S. aureusH. influenzae, cuando remiten los síntomas de gripe o en la fase de convalecencia (reaparición de fiebre y aumento de disnea, tos y decaimiento).

2) Faringitis estreptocócica.

3) Descompensación de una enfermedad crónica coexistente.

4) En pocas ocasiones: meningoencefalitis, encefalopatía, mielitis transversa, síndrome de Guillain-Barré, miositis (en casos extremos con mioglobinuria e insuficiencia renal), miocarditis, pericarditis, sepsis y falla multiorgánica.

5) En muy pocas ocasiones (normalmente en niños) síndrome de Reye, habitualmente relacionado con consumo de preparados con AAS.

Factores de riesgo de curso grave y complicaciones de la infección (entre otros de hospitalización y muerte):

1) ≥65 o <5 años de edad (especialmente hasta los 24 meses de edad)

2) embarazo (especialmente 2.º y 3.er trimestre) y las primeras 2 semanas de puerperio

3) obesidad mórbida (IMC ≥40 kg/m2)

4) algunas enfermedades crónicas (independientemente de la edad): pulmonares (p. ej. EPOC, asma), cardíacas (p. ej. enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca congestiva), renales, hepáticas, metabólicas (también diabetes), hematológicas (también hemoglobinopatías), inmunodeficiencias (primarias, VIH, terapia inmunosupresora), enfermedades neurológicas que alteran el funcionamiento del tracto respiratorio o la eliminación de las secreciones de las vías respiratorias (p. ej. trastornos cognitivos, lesiones traumáticas de la médula espinal, trastornos convulsivos, enfermedades neuromusculares).

Situaciones especialesArriba

Embarazo y lactancia

En embarazadas existe un riesgo elevado de complicaciones secundarias a la gripe, entre ellas una desfavorable terminación del embarazo (aborto espontáneo, parto prematuro, peligro para la vida del feto). En caso de sospecha justificada o de confirmación de la influenza, se debe observar cuidadosamente a la paciente e, independientemente de la intensidad de los síntomas, iniciar el tratamiento antiviral lo antes posible, incluso antes de recibir el resultado de las pruebas de laboratorio. Para el tratamiento analgésico y antipirético prescribir paracetamol (el AAS y los AINE están contraindicados durante el embarazo). No existen suficientes datos sobre el uso de oseltamivir en dosis más altas que 75 mg cada 12 h durante el embarazo. Las mujeres lactantes pueden continuar con la lactancia sin riesgo durante el tratamiento con oseltamivir y zanamivir. Sin embargo, deben respetar las normas de higiene: lavar las manos con frecuencia y llevar una mascarilla durante el contacto con el bebé.

PrevenciónArriba

Métodos específicos

1. Vacuna preventivaGripe, principal método de prevención.

2. Quimioprofilaxis posexposición: oseltamivir (dosis VO para personas  >40 kg 75 mg 1 × d; en insuficiencia renal con aclaramiento de creatinina 11-30 ml/min disminuir la dosis profiláctica hasta 30 mg cada 48 h) o zanamivir, cuanto antes después del contacto con un enfermo. Se recomienda para los grupos de alto riesgo (→más arriba). Los medicamentos homeopáticos y la vitamina C son ineficaces. 

Indicaciones

1) Control de un brote epidémico de gripe en un servicio hospitalario. Se debe administrar el fármaco de manera profiláctica a todos los pacientes del servicio afectado. Tiempo de administración de oseltamivir en un brote epidémico:

a) durante 7 días desde el último día de hospitalización en pacientes dados de alta

b) durante ≥14 días desde la identificación de un brote epidémico y hasta 7 días después del inicio de los síntomas en el último enfermo del brote epidémico.

2) En condiciones ambulatorias: en personas de grupos de riesgo elevado de gripe de curso grave tras estar en la misma habitación, conversar cara a cara o exponerse al contacto con secreciones respiratorias de un enfermo, así como en los miembros del hogar de las personas de grupos de riesgo elevado de gripe de curso grave. Duración del tratamiento con oseltamivir: 5 días. Iniciar la quimioprofilaxis cuanto antes, pero no >48 h de la exposición

Aplicar la quimioprofilaxis independientemente de la vacunación previa.

Métodos no específicos

1. Aislamiento de los enfermos: durante 7 días desde la aparición de los síntomas o —si duran más tiempo— 24 h después de la desaparición de la fiebre y otros síntomas agudos del tracto respiratorio. Durante este período el enfermo con gripe no complicada debe permanecer en casa y limitar sus contactos a lo estrictamente necesario. En caso de enfermos inmunodeprimidos es necesario un aislamiento más largo.

2. Medidas de protección personal

1) Higiene de manos: especialmente en caso de contacto cercano con el enfermo con gripe (p. ej. en casa, en el trabajo, en el hospital, en el centro de salud), lavado de manos frecuente (10 × d, cada lavado de 20 s), con agua y jabón (óptimamente con un producto a base de alcohol). Después del lavado secar las manos con una toalla de un solo uso. Este procedimiento ha de seguirse después de cada contacto con el enfermo, después del uso del baño, antes de comer o antes de tocarse los labios y la nariz, al volver a casa, después de la limpieza de la nariz o después de cubrir los labios durante el estornudo o la tos.

2) Mascarilla facial (p. ej. quirúrgica) para contacto con el enfermo (hasta 1,5-2 m). El enfermo también debería llevar una mascarilla para reducir el riesgo de contagio. Las mascarillas deben cambiarse a menudo (cada 4 h como mínimo) y luego desecharse. No se recomienda el uso de mascarillas faciales como medida profiláctica en personas sanas. Durante los procedimientos médicos que generan secreciones en forma de aerosol (p. ej. broncoscopia, aspiración de secreciones de las vías respiratorias, entre otros) se deben usar mascarillas filtrantes (FFP2 o FFP3) y también gafas de protección, bata y guantes.

3) Otras normas de higiene durante la temporada epidémica de la gripe; hay que: cubrir los labios con un pañuelo de un solo uso durante la tos y el estornudo y, después, desecharlo y lavarse bien las manos (si no se dispone de pañuelo desechable, se recomienda cubrir los labios y la nariz con el antebrazo, no con la mano); evitar el contacto cara-cara con otras personas; evitar lugares con hacinamiento; evitar tocarse la boca, la nariz y los ojos con las manos no lavadas; ventilar con frecuencia las habitaciones.

3. Notificación obligatoria: solamente los casos confirmados por pruebas virales.

PERSPECTIVA CHILENA

En Chile se realiza la vigilancia centinela.

FIGURASArriba

Fig. 19.1-1. Procedimiento clínico inicial en caso de gripe o de enfermedad pseudogripal sin complicaciones (según la OMS , 2009)

Fig. 19.1-2. Procedimiento clínico inicial en caso de neumonía en el transcurso de la gripe (según la OMS, 2009)