Vacunación de enfermos con inmunodeficiencia

Recomendaciones generales

Las personas inmunodeprimidas presentan un mayor riesgo de sufrir infecciones de curso grave (incluso de muerte), lo cual puede prevenirse mediante la vacunación (programas de vacunación individualizados). La inmunodeficiencia puede asociarse a una respuesta más débil a la vacunación, y es posible que los enfermos no produzcan anticuerpos específicos o inmunidad celular en cantidades suficientes para asegurar una protección adecuada o para mantenerla en el tiempo. La administración de vacunas inactivadas a estos enfermos no implica un mayor riesgo de reacciones adversas. En las personas con escasa producción de anticuerpos, estas vacunas también se utilizan con fines diagnósticos, para evaluar la gravedad de los trastornos y las indicaciones para de vacunación y de tratamiento sustitutivo (IGIV).

La seguridad de las vacunas atenuadas (p. ej. contra el sarampión, parotiditis y rubéola [MMR], varicela, fiebre amarilla) depende de cada vacuna y del tipo y grado de inmunodeficiencia; no deben administrarse a las personas con inmunodeficiencias graves →tabla 1. En casos individuales se puede considerar la vacunación en algunos pacientes levemente inmunodeprimidos. En caso de dudas, consultar al paciente con un inmunólogo clínico o con el especialista que lo trata (p. ej. oncólogo, reumatólogo). Vacunas recomendadas y contraindicadas en adultos según el tipo de inmunodeficiencia →tabla 2.

Si la condición del paciente y el estado de su sistema inmunológico lo permiten, realizar las vacunaciones antes del tratamiento inmunosupresor o de la inmunodeficiencia prevista por otra razón. Las vacunas atenuadas deben administrarse ≥4 semanas y las vacunas inactivadas o de subunidades ≥2 semanas antes del procedimiento inmunosupresor. La vacunación con preparaciones atenuadas se puede reanudar ≥2 semanas después de la finalización del tratamiento inmunosupresor, pero el período de suspensión varía desde 2 semanas a 24 meses según el motivo del inicio del tratamiento y su intensidad →tabla 2 y →tabla 3. Las dosis y la vía de administración de la vacuna en enfermos con inmunodeficiencia suelen ser las mismas que en individuos inmunocompetentes. Una excepción es la dosis doble de la vacuna contra la hepatitis B en determinados pacientes. Las normas para administrar vacunas durante una visita son las mismas que para la población general (→Inmunoprofilaxis de las enfermedades infecciosas en adultos: información general).

Vacunación de enfermos con neoplasias malignas

Los pacientes con neoplasias malignas tienen riesgo elevado de curso grave de infecciones, aunque el grado de del riesgo depende del tipo de neoplasia y del tratamiento oncológico instaurado. Además, el riesgo aumenta si coexiste desnutrición o si se presentan trastornos que alteran los mecanismos naturales de eliminación mecánica de materiales contaminantes y microorganismos. El grado de inmunosupresión en personas con neoplasias del sistema hematopoyético suele ser mayor que en pacientes con neoplasias sólidas. Si es posible, administrar vacunas antes de iniciar el tratamiento inmunosupresor, incluida la radioterapia y esplenectomía. No administrar vacunas atenuadas durante la quimioterapia u otro tratamiento inmunosupresor. Por otra parte, algunas vacunas inactivadas (contra la gripe, hepatitis B, neumococo, COVID-19, herpes zóster) pueden administrarse incluso durante el tratamiento oncológico intensivo, logrando por lo menos una protección parcial; sin embargo, las dosis administradas en estas circunstancias no deben considerarse válidas (es decir, equivalentes a las dosis administradas según el esquema de vacunación establecido), a no ser que se documente la presencia de anticuerpos específicos. Con todo, los expertos polacos no recomiendan vacunar contra la gripe a los pacientes tratados con ipilimumab o nivolumab, debido al riesgo elevado de ESAVI. Se recomiendan vacunas atenuadas e inactivadas a los 3-6 meses después de la finalización de quimioterapia (excepto en pacientes que recibieron un tratamiento causante de depleción de linfocitos B; →tabla 3.

Vacunación de los enfermos con neoplasias malignas contra la COVID-19: las enfermedades neoplásicas constituyen un factor de COVID-19 de curso grave y muerte por esta causa (enfermos con neoplasia activa y en los primeros años después del tratamiento), por lo que vacunarlos es una prioridad. Los pacientes que reciben quimioterapia deben tratarse de manera individual, en función de la intensidad del tratamiento y de su estado inmunológico. Por ejemplo, si un enfermo está en fase de inducción de la terapia de leucemia aguda que requiere la administración de citostáticos a dosis muy altas, y en el hemograma se observa una leucopenia y linfopenia importante, probablemente no responderá de manera satisfactoria a la vacunación, por lo que en este caso debe considerarse la posibilidad de aplazar la vacunación hasta la mejora de los parámetros en el hemograma. Si es una fase más avanzada del tratamiento de una neoplasia hematopoyética, quimioterapia o radioterapia por una neoplasia sólida, lo que en general se asocia a una menor inmunosupresión, se debe considerar la posibilidad de administrar la vacuna entre los ciclos de quimio- o radioterapia. Puede ser útil consultar con el oncólogo para evaluar si el enfermo responderá de manera satisfactoria a la vacunación. Se debe informar al paciente que la eficacia de la vacunación puede estar disminuida y que deberá cumplir con todos los demás principios de prevención de la infección por el SARS-CoV-2, así como alentar a sus allegados que se vacunen (la denominada estrategia capullo →más adelante). En enfermos con neoplasias malignas se utilizan algunas vacunas inactivadas (contra la gripe, hepatitis B, neumococo), incluso durante el tratamiento oncológico intensivo, por lo que se consigue una protección por lo menos parcial. No repetir la vacunación contra la COVID-19 después de concluir el tratamiento inmunosupresor.

En caso de indicaciones, la vacunación puede realizarse:

1) durante la radioterapia, tras excluir la mielosupresión

2) 3-7 días después de administrar un ciclo de quimioterapia (también en enfermos sometidos simultáneamente a inmunoterapia)

3) durante un tratamiento dirigido e inmunoterapia, independientemente de la fase del ciclo terapéutico.

En el caso de que un tratamiento se realice en intervalos de tiempo determinados, evitar la administración de la vacuna inmediatamente antes de iniciar el siguiente ciclo terapéutico (posibilidad de aparición de ESAVI). Idealmente (respuesta inmunológica a la vacunación adecuada y protección posvacunal óptima), los pacientes pueden ser vacunados contra la COVID-19:

1) ≥4 semanas después de concluir la quimioterapia

2) inmediatamente después de haber concluido todo el proceso de terapia dirigida, inmunoterapia o radioterapia (siempre y cuando no se hayan presentado efectos adversos importantes).

Debido al riesgo de un deterioro muy importante de la respuesta inmune a la vacuna, considerar aplazar la vacunación si el paciente ha recibido:

1) anticuerpos monoclonales anti-CD20 (rituximab) en los últimos 6 meses

2) terapia TARV en los últimos 6 meses (en personas vacunadas contra la COVID-19 antes de iniciar la terapia CAR-T es necesario repetir la vacunación ≥3 meses después de su finalización; en estos casos utilizar los preparados de ARNm)

3) administración reciente de globulina antitimocítica (ATG) o alemtuzumab.

Vacunación de personas con disfunción esplénica (asplenia, hipoesplenismo)

Las personas con asplenia o hipoesplenismo tienen riesgo de infecciones graves o incluso de compromiso vital en aquellos casos en los que el bazo es esencial para combatirlas (entre otros, infecciones por bacterias encapsuladas [S. pneumoniae, N. meningitidis, H. influenzae] y protozoos [Plasmodium spp., Babesia microti]). La esplenectomía afecta la respuesta inmunológica a la vacunación, por lo que en caso de planificar esta intervención se debe vacunar a los pacientes ≥2 semanas antes de la misma (óptimamente con 10-12 semanas de antelación). Si el paciente no fue vacunado antes del procedimiento, la vacuna debe administrarse en las primeras 2 semanas desde la esplenectomía. En caso de disfunción esplénica funcional, es necesario vacunar inmediatamente tras diagnosticarla. Las personas con disfunción esplénica deber recibir vacunas contra el neumococo, meningococos (serotipos A, C, W, Y y B), Hib, y además anualmente contra la gripe. Los esquemas de vacunación contra el neumococo y meningococos deben incluir la administración de dosis adicionales. Vacunación contra el neumococo →Neumococo. Vacunación contra meningococos, serotipos A, C, W, Y: esquema básico de 2 dosis a un intervalo de ≥8 semanas; dosis de refuerzo en adultos cada 5 años. Vacunación contra meningococos, serotipo B: el esquema depende del preparado, pudiendo ser de 2 (intervalo de ≥4 semanas) o de 3 dosis (0-1-6 meses). Dosis de refuerzo: 1 año después de la vacunación de base, luego cada 2-3 años.

Vacunación después del trasplante de células hematopoyéticas

Las personas después del TPH deben tratarse como no vacunadas, por lo que es necesario realizar las vacunaciones recomendadas según los esquemas básicos (esto a veces requiere actuar fuera de las indicaciones en las fichas técnicas de las vacunas disponibles o por encima de los esquemas establecidos). Es necesario consultarlo con un inmunólogo, oncohematólogo o con un consultorio especializado en vacunación. La vacunación se realiza en diferentes momentos después del TPH, no antes de 6-12 meses, dependiendo del estado inmunológico →tabla 2. Los anticuerpos específicos en la sangre después de las vacunaciones realizadas antes del TPH pueden persistir durante varios meses después del TPH. Por esta razón, es necesario considerar la posibilidad de complementar las vacunas del receptor (o la administración de dosis de refuerzo) antes del TPH, lo que posibilita que el paciente esté protegido contra la enfermedad en el período posterior al procedimiento, cuando la vacunación no es aconsejable debido a la baja probabilidad de obtener una respuesta inmune o está contraindicada por el riesgo de reacciones adversas.

Vacunación contra la COVID-19

La vacunación contra la COVID-19 debe realizarse ≥3 meses después del TPH. El tratamiento inmunosupresor administrado no es una contraindicación para vacunarse. En caso de una EIcH aguda incontrolada de gran intensidad (grados III o IV), aplazar la vacunación hasta estabilizar al enfermo. De acuerdo con las recomendaciones polacas, en personas vacunadas contra la COVID-19 antes de iniciar el TPH es necesario repetir la vacunación ≥3 meses después de TPH; en estos casos utilizar los preparados de ARNm.

Vacunación de personas con enfermedades autoinmunes tratadas con inmunosupresores o fármacos biológicos

No existen contraindicaciones para las vacunas inactivadas en pacientes en remisión. En el caso de las vacunas atenuadas se deben tener en cuenta las posibles contraindicaciones derivadas de la administración de un tratamiento inmunosupresor. Al elegir las vacunas, se debe tener en cuenta el riesgo de infección por un patógeno determinado, la posibilidad de evolución grave de la enfermedad y las complicaciones (incluida la exacerbación de la enfermedad de base [p. ej. esclerosis múltiple] en el curso de la enfermedad infecciosa). Por su parte, al elegir el momento óptimo para realizar la vacunación, hay que tener en cuenta el grado de inmunosupresión →tabla 1 y el riesgo de respuesta subóptima a la vacunación (tratamiento biológico →tabla 3. Por lo general, debe evitarse la vacunación durante la exacerbación de la enfermedad de base. Sin embargo, si la probabilidad de exposición a un microorganismo es alta (p. ej. durante una epidemia de gripe o COVID-19), la vacunación es mucho más segura que el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad. En estos casos debe considerarse la vacunación, a menos que existan otros métodos preventivos, o contraindicaciones absolutas para la vacunación.

La actividad de la enfermedad autoinmune no es contraindicación para la vacunación posexposición (hepatitis A, hepatitis B, tétanos y rabia). Recordar que en pacientes inmunodeprimidos en los cuales la respuesta a la vacunación es incierta, en la prevención posexposición debe tenerse en cuenta la profilaxis pasiva (siempre que sea posible) y la vacunación de las personas del entorno de más cercano de esos pacientes (estrategia capullo). El tratamiento inmunosupresor utilizado en enfermedades autoinmunes puede constituir una contraindicación para la administración de vacunas atenuadas. En circunstancias excepcionales, en el caso de algunas vacunas atenuadas (p. ej. contra la fiebre amarilla), se puede considerar interrumpir temporalmente el tratamiento inmunosupresor para que la vacunación pueda llevarse a cabo después de un período de suspensión adecuado. Esta decisión debe ser tomada por el especialista que supervisa el tratamiento del paciente.

Vacunación contra la COVID-19

Las personas que padecen enfermedades reumáticas pueden vacunarse contra la COVID-19 según los mismos principios que todos los demás individuos (en caso de tratamiento inmunosupresor →más arriba). En algunos pacientes de este grupo (p. ej. personas que reciben rituximab, enfermos con LES en tratamiento citotóxico y que reciben glucocorticoides a dosis altas) el riesgo de infección, curso grave y complicaciones puede ser mayor que en la población general, y la eficacia de la vacuna puede ser menor. Si es posible, vacunar al paciente cuando la enfermedad esté bien controlada. En la mayoría de los casos, no es necesario modificar la dosificación ni el esquema de administración de los fármacos inmunomoduladores para la administración de la vacuna, con la excepción del uso de

1) algunos fármacos biológicos →tabla 3

2) micofenolato de mofetilo o inhibidores de JAK: interrumpir el tratamiento durante ≥1 semana después de cada dosis de la vacuna (si la actividad de la enfermedad lo permite)

3) metotrexato: interrumpir el tratamiento durante ≥1 semana después de cada dosis de la vacuna de 2 dosis y durante ≥2 semanas después de la vacuna monodosis (si la actividad de la enfermedad lo permite)

4) ciclofosfamida iv.: se debe planificar la administración a ~1 semana de la vacunación (aplica para ambas dosis de la vacuna). Si la enfermedad está bien controlada, se recomienda interrumpir el paracetamol y los AINE 24 h antes de la vacunación debido al riesgo de afectar la inmunogenicidad de las vacunas (se puede utilizar estos fármacos en casos necesarios después de la vacunación para controlar la fiebre, cefalea y otras reacciones adversas).

PERSPECTIVA CHILENA

En Chile la población objetivo de la campaña de vacunación contra la COVID-19 incluye a pacientes adultos y pediátricos mayores de 3 años. La vacunación se realiza en los vacunatorios públicos y privados autorizados por la autoridad sanitaria.

Vacunación de enfermos con inmunodeficiencias primarias

Las vacunas atenuadas están contraindicadas en personas con un defecto importante de la síntesis de anticuerpos que requieren suplementación crónica de inmunoglobulinas G (incluida la enfermedad de Bruton o inmunodeficiencia común variable). Las opiniones en cuanto a las vacunas inactivadas varían, pero la mayoría de los expertos no las recomienda, excepto en situaciones que tienen como objetivo activar la respuesta celular (p. ej. vacunación contra la gripe, COVID-19, herpes zóster). Por su parte, ciertas vacunas se utilizan para el diagnóstico de defectos inmunológicos y la evaluación de las indicaciones de tratamiento de reemplazo: valoración de la respuesta humoral frente a antígenos proteicos (vacunación contra el tétanos, hepatitis B) y polisacáridos (vacunación contra la fiebre tifoidea con un preparado compuesto de polisacárido capsular [Vi] purificado del bacilo Salmonella Typhi, vacunación contra el neumococo: con un preparado compuesto de polisacárido no conjugado a un portador proteico). En personas con defecto de respuesta humoral que no requieren suplementación de inmunoglobulinas G (entre otros, déficit de IgA, déficit IgM, déficit de subclases de IgG), es posible administrar vacunas atenuadas si los niveles de inmunoglobulinas G se mantienen dentro del rango normal. En estos pacientes ampliar el calendario de vacunación con las vacunas recomendadas, incluyendo aquellas contra el neumococo, meningococo, gripe, tosferina y COVID-19. En caso de otras inmunodeficiencias, las contraindicaciones para la administración de los preparados atenuados difieren según la enfermedad y el grado de inmunosupresión. Las personas con desregulación inmune que conduce a procesos autoinmunes deben ser vacunadas cuanto antes tras establecer el diagnóstico, puesto que tarde o temprano necesitarán tratamiento inmunosupresor.

Estrategia capullo

Para un paciente con inmunodeficiencia o susceptible a la infección y con contraindicaciones para la vacunación también es particularmente importante vacunar por razones epidemiológicas a las personas de su entorno más cercano (p. ej. cuidadores y personas con las que comparte vivienda) y al personal de los centros de salud que atienden a estos pacientes. El objetivo consiste en proteger indirectamente al enfermo reduciendo el riesgo de exposición a la enfermedad infecciosa. Se recomienda vacunar contra enfermedades con una infectividad particularmente alta que suponen un riesgo complicaciones graves, tales como: gripe, COVID-19, varicela, sarampión, parotiditis y rubéola, tosferina.

TABLAS

Clasificación de inmunodeficiencias e indicación de vacunación a partir de la IDSA

Inmunodeficiencia significativa

– inmunodeficiencia primaria combinada (p. ej. inmunodeficiencia combinada grave, IDCG)

– tratamiento citostático, incluida la quimioterapia antineoplásica

– período de 2 meses después del trasplante de órgano sólido o 24 meses después del trasplante de células hematopoyéticas

– infección por VIH con recuento de linfocitos T CD4 <200/µl (adultos) o <15 % (niños)

– tratamiento con prednisona a dosis diaria de ≥20 mg (>2 mg/kg/24 h con peso corporal <10 kg) u otros glucocorticoides a dosis equivalente durante ≥14 días

– tratamiento con fármacos biológicos (p. ej. anti-TNF, rituximab, globulina antitimocítica)a

Inmunodeficiencia leve

– infección por VIH asintomática, con recuento de linfocitos T CD4 200-499/µl (jóvenes, adultos) o del 15-24 % (niños)

– tratamiento sistémico con glucocorticoides durante ≥14 días en dosis inferiores que no causen inmunodeficiencia grave o administración de glucocorticoides cada 2 días

– tratamiento con metotrexato en dosis ≤0,4 mg/kg/semana, azatioprina en dosis ≤3 mg/kg/d o mercaptopurina en dosis ≤1,5 mg/kg/d

atabla 3 en Vacunación de enfermos con inmunodeficiencia.

IDSA — Infectious Diseases Society of America

A partir de: Rubin L.G. Y cols., Clin. Infect. Dis., 2014; 58: e44-e100

Vacunas recomendadas y contraindicadas en adultos con inmunodeficiencias seleccionadas (guías de la IDSA)a

Tipo de inmunodeficiencia

Vacunas especialmente recomendadas

Vacunas contraindicadas (C), otras vacunas (O), notas (N)

Primaria

Deficiencia primaria (congénita) de componentes del complemento

Neumococo (PCV-20 o

PCV-13 + PPSV-23)

Meningococo

Gripe

C: no hay. O: según el programa de vacunación. N: 1) mayor riesgo de infecciones invasivas por bacterias encapsuladas; 2) la gripe favorece las infecciones bacterianas invasivas

Defectos congénitos de las células fagocitarias

Gripe

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)b

C: 1) las que contienen bacterias vivas (p. ej. BCG); 2) deficiencia de moléculas de adhesión, liberación de factores citotóxicos de granulocitos (p. ej. síndrome de Chédiak-Higashi) o vacunas no específicas que contienen virus atenuados (p. ej. MMR, contra la varicela). O: inactivadas y de subunidades según el programa de vacunación. N: 1) mayor riesgo de infecciones estafilocócicas invasivas, que se ven favorecidas por la gripe; 2) la administración de BCG a personas con enfermedad granulomatosa crónica puede resultar en una infección generalizada por bacilos BCG; 3) el síndrome de Chédiak-Higashi y la deficiencia de moléculas adhesivas se acompañan de una función deteriorada de los linfocitos T citotóxicos y de las células NK; algunos trastornos de la actividad de los neutrófilos pueden coexistir con un deterioro de la función de los linfocitos, por lo que, en ausencia de un diagnóstico molecular de los trastornos de la fagocitosis, no se recomiendan las vacunas con virus atenuados; las excepciones son la enfermedad granulomatosa crónica y neutropenia cíclica, en las que se pueden administrar vacunas que contienen virus vivos (MMR, contra la varicela)

Trastornos congénitos de la producción de citoquinas o de la activación celular por citoquinas

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)

COVID-19, herpes zóster (vacuna inactivada)

C: si es necesario, consultar a un especialista sobre el uso de vacunas atenuadas. O: inactivadas y de subunidades según el programa de vacunación. N: grupo heterogéneo de enfermedades, todavía se detectan nuevos trastornos y, en muchos casos, se acompañan de un deterioro de la respuesta frente a infecciones víricas (p. ej. producción deteriorada de IFN-α o IFN-γ) o bacterianas (p. ej. defectos en el eje IL-12/IFN-γ), lo cual es una contraindicación para la administración de vacunas atenuadas apropiadas

Deficiencia leve de anticuerpos (síndrome de ataxia-telangiectasia o inmunodeficiencia de polisacáridos; SPAD)

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23), COVID-19

C: no hay. O: según el programa de vacunación. N: 1) los pacientes pueden producir al menos una respuesta parcial a la vacunación; 2) es recomendable vigilar la respuesta posvacunación para evaluar el grado de inmunodeficiencia y el nivel de protección contra enfermedades infecciosas

Deficiencia grave de anticuerpos que requiere terapia de reemplazo (IGIV),

Inmunodeficiencias complejas

Gripec, COVID-19

Herpes zóster (vacuna inactivada)

C: vacunas atenuadasd. O: inactivadas (que no sea contra la gripe o COVID-19), no se recomiendan de forma rutinaria. N: 1) considerar la vacunación con vacunas inactivadas para evaluar el grado de inmunodeficiencia antes de comenzar el tratamiento con IGIV; 2) en la inmunodeficiencia común variable, es posible una respuesta posvacunación a antígenos de proteínas y polisacáridos; 3) en la agammaglobulinemia, las vacunaciones rara vez se realizan ya que los enfermos no producen anticuerpos, pero es posible generar una respuesta de células T; 4) los pacientes que reciben IGIV debido a una reducción parcial de la producción de anticuerpos pueden beneficiarse de la vacunación contra la gripe o COVID-19 pues la IGIV puede no contener anticuerpos contra la cepa del virus de la gripe circulante y contra el SARS-CoV-2

Adquirida

VIHd

 

Inmunodeficiencia leve

Gripe, COVID-19

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)

Meningococo

Hepatitis B

Virus del papiloma humano (VPH-4)

Sarampión (MMR; en personas no inmunizadas)

Varicela (vacuna no combinada)

Herpes zóster (vacuna inactivada)

C: no hay. O: según el programa de vacunación. N: 1) VPH-4 o VPH-9 se prefieren para la prevención de verrugas genitales; 2) completar las vacunas pendientes antes de que aparezca una inmunodeficiencia grave

Inmunodeficiencia significativa

Gripe, COVID-19

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)

Meningococo

Hepatitis B

Herpes zóster (vacuna inactivada)

C: vacunas atenuadas. O: vacunas inactivadas y de subunidades según el programa de vacunación. N: como más arriba.

Neoplasias malignas

Gripef, COVID-19

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)

Herpes zóster (vacuna inactivada)

C: durante la quimioterapia, vacunas atenuadas. O: 1) inactivadas según el programa de vacunación; 2) la vacunación (incluyendo vacunas atenuadas) puede reanudarse según el programa vigente 3 meses después de la finalización del tratamiento antineoplásico (antes en caso de vacunación contra la COVID-19 →COVID-19)f. N: 1) no vacunar durante el período de quimioterapia intensiva (inducción, consolidación), pero se pueden considerar las vacunas inactivadas durante la quimioterapia de mantenimiento, pero no se incluyen en el esquema de vacunación, a menos que las pruebas serológicas confirmen la presencia de anticuerpos específicos a una concentración protectora; 2) en pacientes que han completado un esquema de vacunación antes de iniciar la quimioterapia, se pueden considerar dosis de refuerzo si los niveles de anticuerpos específicos están por debajo de los niveles de protección reconocidos

TPH

 

Antes del procedimiento

Completar las vacunas que falten de acuerdo con el programa de vacunación (incluyendo las dosis de refuerzo)e

Varicela (en pacientes susceptibles)e

O herpes zóster (vacuna inactivada)

C: vacunas atenuadas en el mes anterior al comienzo del tratamiento de acondicionamiento. O: según el programa de vacunación. N: para obtener una respuesta óptima, administrar vacunas inactivadas ≥2 semanas, y vacunas atenuadas ≥4 semanas antes del inicio del tratamiento de acondicionamientog

Después del procedimientoh

Gripe (considerar 2 dosis), COVID-19

Neumococo (PCV-13 [3 dosis] + PPSV-23i [1 dosis])

Haemophilus influenzae tipo b (3 dosis)j

Meningococo

Tosferina, difteria, tétanosk

Hepatitis B (3 o 4 dosis)

Poliomielitis (IPV; 3 dosis)

Sarampión, parotiditis, rubéola (MMR; 2 dosis)g,l

Varicela (2 dosis)g,m

C: 1) atenuadas dentro de los 24 meses posteriores al TPH o más, cuando hay inmunosupresión presente o EICH activa; 2) BCG. O: considerar vacunación contra el VPH; principios de vacunación contra la COVID-19 →COVID-19. N: 1) la vacunación con vacunas inactivadas (incluida contra la gripe) se puede reanudar 6 meses después del TPH (3 meses en caso de COVID-19), y las vacunas atenuadas ≥24 meses después del TPHg; 2) mayor riesgo de complicaciones y muerte por gripe, COVID-19 y enfermedad neumocócica invasiva (hasta varios años después del TPH)

Receptores de órganos sólidos

 

Antes del procedimiento

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)

Hepatitis B (en enfermos anti-HBs negativos)

Hepatitis A (en seronegativos)

COVID-19

VPH

Herpes zóster (vacuna inactivada)

C: atenuadas dentro de las 4 semanas previas al trasplante. I: 1) completar las vacunas pendientes de acuerdo con el programa de vacunación; 2) considerar la vacunación contra el VPH; principios de vacunación contra la COVID-19 →COVID-19. N: 1) comprobar y, si es necesario, completar las vacunas que le falten al donante de acuerdo con el programa de vacunación (no administrar vacunas atenuadas en las 4 semanas anteriores a la extracción del órgano); 2) mayor riesgo de verrugas genitales después del trasplante

Después del procedimiento

Gripe (considerar 2 dosis), COVID-19

Neumococo (como más arriba, si no se realizó antes del procedimiento)

Hepatitis Bn

Herpes zóster (vacuna inactivada)

C: vacunas atenuadas. O: según el programa de vacunación. N: la vacunación con vacunas inactivadas se puede reanudar 24 meses después del procedimiento (en el caso de la gripe 2 meses, ≥1 mes en caso de vacunación contra la COVID-19, cap. 18.11.2.1])

Personas sin bazo o con asplenia funcional

Neumococo (PCV-20 o PCV-13 + PPSV-23)

Meningococo

Hibj

Gripe, COVID-19

C: no hay. O: según el programa de vacunación. N: en caso de esplenectomía planificada, la vacunación debe realizarse antes de la cirugía

Enfermos con esclerosis múltipleo tratados con fingolimod, alemtuzumab, cladribina u ocrelizumab

Varicelam o herpes zóster (vacuna inactivada)

VPH

COVID-19

N: 1) idealmente, administrar las vacunas planificadas antes del tratamiento (en caso de vacunación contra la varicela ≥6 semanas antes de la terapia)m; 2) vacunación contra la COVID-19: a) fingolimod – no se recomienda interrumpir el tratamiento para la vacunacióne (en caso de recuento de linfocitos muy bajo la vacunación puede ser menos eficaz); b) ocrelizumab – terminar la vacunación 4-6 meses antes de iniciar la terapia; si no es posible, considerar la vacunación durante el tratamiento (idealmente 4-6 meses después de la última dosis de ocrelizumab y administrar la segunda dosis de la vacuna unas 4-6 semanas antes de pautar la siguiente dosis del fármaco; excepcionalmente, si no es posible completar este esquema de vacunación y los beneficios de la vacuna superan claramente el riesgo eventual de la enfermedad, se puede considerar aplazar la administración de la siguiente dosis del fármaco); en pacientes que concluyeron el tratamiento con ocrelizumab (independientemente de la causa), la vacunación debe realizarse idealmente ≥6 meses después de la administración de la última dosis del fármaco o tras normalizar el recuento de linfocitos B; cladribina y alemtuzumab VO – considerar la vacunación a los 3-6 meses desde la administración del ciclo terapéutico; en pacientes que requieren otro ciclo en el 2.º año del tratamiento parece seguro aplazar la administración de cladribina o alemtuzumab hasta completar el esquema de vacunación y desarrollar inmunidad posvacunal (se debe terminar el ciclo completo de vacunación ≥6 semanas antes de la administración del fármaco).

a Información detallada sobre vacunaciones individuales y sus esquemas →Vacunas contra las enfermedades virales, →Vacunas contra las enfermedades bacterianas.

b No incluye a los enfermos con enfermedad granulomatosa crónica (no se asocia con un mayor riesgo de enfermedad neumocócica invasiva).

c En pacientes con producción residual de anticuerpos.

d En pacientes seleccionados con déficit parcial en la respuesta de células T, se puede considerar, previa consulta con un especialista, el uso de vacunas atenuadas según el estado de las subpoblaciones de linfocitos (CD4 o CD3 y CD8) y de la respuesta a mitógenos.

e Criterios y definiciones de la gravedad de las inmunodeficiencias →tabla 1 en Vacunación de enfermos con inmunodeficiencia.

f Excepto enfermos tratados con anticuerpos contra linfocitos B. El programa de vacunación de estos enfermos puede reanudarse ≥6 meses tras finalizar el tratamiento.

g Si no se observa inmunosupresión (→tabla 1 en Vacunación de enfermos con inmunodeficiencia), EICH u otras contraindicaciones conocidas.

h Tratar a los pacientes como si nunca hubieran sido vacunados y repetir las dosis recomendadas según los esquemas básicos (→Vacunas contra las enfermedades virales, →Vacunas contra las enfermedades bacterianas).

i 12 meses después del TPH, si no se produce EICH (los enfermos con EICH deben recibir la cuarta dosis de PCV-13, ya que la PPSV-23 no es inmunógena en ellos).

j Las vacunas no están registradas en adultos (según la ficha técnica, están destinadas a niños de hasta 5 o 7 años [dependiendo del preparado], administración fuera de ficha técnica), pero su administración parece segura.

k 1 dosis de Tdap + 2 dosis de Td (se obtiene una mayor respuesta inmune en estos enfermos con la vacuna DT, y se debe considerar en lugar de la Td; las vacunas DT no están registradas en adultos, y de acuerdo con la ficha técnica están indicadas en niños de hasta 7 años, sin embargo, los adultos después de un TPH toleran bien estos preparados [administración fuera de ficha técnica].

l Antes de la vacunación, realizar una prueba de anticuerpos específicos contra el virus del sarampión (y en mujeres en edad fértil, también contra el virus de la rubéola) y considerar la vacunación solo en los casos negativos.

m Antes de la vacunación, realizar una prueba de anticuerpos específicos contra el VVZ, y considerar la vacunación contra la varicela solo en los casos negativos (excepto pacientes después del TPH; se refiere solo a personas no vacunadas con 2 dosis o aquellas que no hayan enfermado de varicela [→Varicela]).

n Después de un trasplante hepático debido a hepatitis B crónica para evitar requerir de por vida inmunoglobulina específica contra el virus de la hepatitis B.

o Los enfermos tratados por esclerosis múltiple progresiva primaria y secundaria pertenecen al grupo de riesgo de curso grave de COVID-19: los beneficios de la vacunación superan el riesgo potencial asociado a la misma.

BCG — vacuna contra tuberculosis, EICH — enfermedad de injerto contra huésped, IDSA — Infectious Diseases Society of America, IGIV — inmunoglobulina intravenosa, IPV — vacuna inactivada contra la poliomelitis, MMR — vacuna combinada contra el sarampión, las paperas y la rubéola, PCV-13 — vacuna neumocócica conjugada 13-valente, PPSV-23 — vacuna neumocócica polisacárida 23-valente, TPH — trasplante de progenitores hematopoyético, VIH — virus de la inmunodeficiencia humana, VPH — vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH-4 — cuadrivalente, VPH-9 — nonavalente), VVZ — virus de la varicela-zóster

A partir de: Rubin L.G. y cols., Clin. Infect. Dis., 2014; 58: e44-e100, modificado a partir de Curtis R.J. Y cols., Arthritis Rheumatol., 2021; doi: 10.1002/art.41877.

Tiempo recomendado de vacunación según el fármaco biológico utilizado

Fármaco

Vacunas atenuadas

Vacunas inactivadas

Abatacept

≥4 semanas antes del tratamiento

– ≥2 semanas antes del tratamiento

– La respuesta a la vacunación disminuye dentro de las 2 semanas posteriores a la finalización del tratamiento

– Vacunación contra la COVID-19: no administrar abatacept Vsc ≥1 semana antes y después de la 1.ª dosis, y en caso de tratamiento iv. administrar la 1.ª dosis ≥4 semanas después del fármaco y planificar la siguiente dosis del fármaco ≥1 semana después de la 1.ª dosis de la vacuna (el intervalo total entre los ciclos ≥5 semanas)a; no hay que modificar el tratamiento para administrar la 2.ª dosis de la vacuna

Alemtuzumab

– ≥6 semanas antes del tratamiento

– No se ha especificado el tiempo desde la última dosis del fármaco; la vacunación está contraindicada durante el tratamiento

Vacunación completa 6 semanas antes del inicio del tratamiento

Anakinra y otros inhibidores de la IL-1 (canakinumab)

– ≥3 semanas antes del inicio del tratamiento

 – ≥3 meses después de la finalización del tratamiento

Sin límites

Eculizumab

No se ha especificado el tiempo desde la última dosis del fármaco, vacunación no recomendada

– ≥2 semanas antes del inicio del tratamiento

 – durante el tratamiento, ≥1 semana antes de la siguiente dosis del fármaco

– vacunación contra meningococos, dosis de refuerzo cada 3-5 años

Inhibidores de puntos de control inmunitario de células T

≥6 meses después de la finalización del tratamiento

No se ha especificado el tiempo desde la última dosis del fármaco, se recomienda individualizar la vacunación

Fármacos anti-TNF-α

– ≥3 semanas antes del tratamiento

– ≥1 mes después de la finalización del tratamiento

– Anticuerpos anti-TNF, ≥3 meses después de la finalización del tratamiento

Sin límites

Rituximab

 – ≥1 mes antes del inicio del tratamiento

 – ≥12 meses después de la última dosis del fármaco

– ≥6 meses en caso de dosis de refuerzo

– ≥12 meses en caso de vacunación primaria

– Vacunación contra la COVID-19: administrar la primera dosis de la vacuna ≥4 semanas antes del siguiente ciclo de rituximabb; iniciar el tratamiento ≥2-4 semanas después de la última dosis del ciclo de vacunacióna

Tocilizumab y otros inhibidores de la IL-6R (sarilumab)

– ≥3 semanas antes del tratamiento

– ≥3 meses después de la última dosis del fármaco

Sin límites

a Si la actividad de la enfermedad lo permite.

b Siempre y cuando el riesgo de infección por SARS-CoV-2 sea bajo o pueda reducirse con medidas de prevención adecuadas (p. ej. régimen sanitario).

A partir de: J. Travel Med., 2018; 25(1): https://doi.org/10.1093/jtm/tay018; Curtis R.J. y cols., Arthritis Rheumatol., 2021; doi: 10.1002/art.41877