Ecografía vascular periférica

En la ecografía de los vasos sanguíneos se utilizan 3 técnicas

1. Modo B

La prueba visualiza una proyección bidimensional del vaso y de los tejidos circundantes en diferentes planos seleccionados. Los ecógrafos modernos permiten obtener una reconstrucción tridimensional (3D), o incluso tetradimensional (4D), de las imágenes de los vasos, mostrando las alteraciones de las imágenes en el tiempo (p. ej. durante el paso de la onda de pulso).

2. Ecografía dúplex (duplex scan) con Doppler color

Combinación de imágenes en modo B con el Doppler en modo pulsado. Se coloca el transductor sobre la zona vascular a explorar bajo control de imagen en modo B y se mide la velocidad de flujo. En la ecografía dúplex se registra al mismo tiempo la imagen de las estructuras tisulares y el espectro de velocidades del flujo sanguíneo mediante Doppler. La técnica dúplex permite localizar espacialmente con precisión las alteraciones vasculares (→fig. I.B.4-70 y fig. I.B.4-71).

La limitación de la ecografía dúplex con Doppler color es la dificultad para visualizar los vasos situados en profundidad por interferencias con el gas intestinal, de sombras acústicas por la presencia de placas ateroescleróticas calcificadas o de estructuras óseas. Una de las variantes de esta técnica es el método tríplex, en el que durante la captación de imágenes en modo B, se registra simultáneamente el espectro de Doppler y el flujo registrado con color.

3. Doppler de potencia (power Doppler)

Consiste en visualizar el flujo sanguíneo evaluando la energía total de la señal, lo cual proporciona una sensibilidad de detección 3 veces mayor. La técnica permite visualizar el flujo cuando la señal es débil, debido al pequeño calibre del vaso o a la localización profunda. Es prácticamente independiente del ángulo de la dirección del haz de ultrasonido y el del flujo sanguíneo.  Como resultado se obtiene una señal uniforme de flujo en vasos tortuosos y una mejor delimitación de las alteraciones adyacentes a la pared o situados en su superficie (p. ej. placas ateroescleróticas o trombos →fig. I.B.4-72). Con esta técnica no se puede determinar la dirección del flujo.