El hemograma o recuento sanguíneo completo (complete blood count, CBC) comprende el número de los elementos sanguíneos y la valoración de algunas de sus características estructurales.
Material
Sangre venosa extraída, con EDTA como anticoagulante. Al extraer sangre, debe evitarse un uso prolongado de torniquete y debe destinarse al estudio la primera porción de sangre obtenida. Inmediatamente después de la extracción, la muestra de sangre debe mezclarse cuidadosamente con el anticoagulante.
Métodos de análisis
1. Analizadores hematológicos automáticos
Los analizadores hematológicos constituyen el equipamiento básico de un laboratorio. En función de la técnica utilizada para medir las características diferenciadoras de las células sanguíneas, el resultado del hemograma puede contener hasta decenas de parámetros que describan las poblaciones de eritrocitos, leucocitos y plaquetas. Estos analizadores se sirven de distintas técnicas fisicoquímicas de medición para contar células sanguíneas, medir su tamaño y valorar su estructura intracelular.
Los analizadores hematológicos modernos suelen manejar una combinación de diferentes métodos para medir las características de las células sanguíneas que pasan por la abertura de medición. Un elemento importante de este sistema consiste en poner en orden las células que pasan por la abertura. Las células pasan por separado por la abertura de medición en un “canal” de líquido (enfoque hidrodinámico). Esta técnica de análisis de células aisladas que utiliza diversos métodos de medición se denomina citometría de flujo. En los métodos ópticos se analiza la dispersión de luz de láser midiendo su intensidad en dirección concordante con la luz proyectada y bajo un ángulo de 90° (→fig. VI.C.1-1). También se utiliza una técnica basada en métodos fluorescentes (→cap. VI.C.7).
Los métodos de impedancia (basados en el principio Coulter) aprovechan el cambio de impedancia provocado por el paso de las células por la abertura del sistema de medición, que está situada entre electrodos. El cambio de impedancia es proporcional a la cantidad y el volumen de las células que pasan por la abertura. Este método se utiliza principalmente para medir el número y el volumen de las células (→cap. VI.C.1-2).
Actualmente, los resultados de la prueba se suelen enviar al sistema informático del laboratorio, razón por la cual no contienen la caracterización gráfica de las células medidas. Los datos numéricos pueden enriquecerse con una interpretación de laboratorio del resultado de la prueba, con un posible comentario del técnico superior de laboratorio basado en los histogramas y escatergramas visualizados, que presentan las características de las poblaciones celulares medidas. Los histogramas presentan la distribución del volumen eritrocitario, leucocitario y plaquetario. Los escatergramas presentan la distribución de 2 propiedades de las células medidas al mismo tiempo, sobre la base de las cuales el analizador ha dividido la población celular examinada. Dependiendo del tipo de analizador, los escatergramas sirven para diferenciar leucocitos (normalmente en 5 o 6 subpoblaciones) y eritrocitos (dividiéndolos en eritroblastos, reticulocitos y eritrocitos maduros).
Al interpretar los resultados de un hemograma automático, se debe tener presente que se miden otras características de las células que en un examen microscópico. Estas características, denominadas parámetros primarios, sirven para calcular varios parámetros secundarios que tienen sus equivalentes en los exámenes microscópicos.
2. Métodos microscópicos
A pesar de que los métodos microscópicos siguen siendo los métodos de referencia, hoy en día, con el uso de microscopios con cámaras de recuento, prácticamente se ha dejado de contar las células de manera rutinaria. Los métodos microscópicos cuantitativos se utilizan para calibrar los métodos automáticos. Con los microscopios ópticos y los microscopios de contraste de fase se evalúan los frotis sanguíneos (teñidos con distintas técnicas) para valorar la estructura de las células y detectar formas anómalas. Una evaluación microscópica del frotis sanguíneo realizada de forma correcta debe abarcar la estructura morfológica de los eritrocitos, los leucocitos y las plaquetas, la diferenciación de los leucocitos y la observación de los fenómenos que no aparecen en la visión de la sangre normal (eritrocitos en pila de monedas, presencia de agregados plaquetarios, gránulos tóxicos, esquistocitos, etc.). En muchas ocasiones, este método resulta imprescindible para completar y verificar los resultados de los exámenes realizados por analizadores hematológicos automáticos. Pero, como se evalúa un número mucho más reducido de células, la valoración cuantitativa de las subpoblaciones leucocitarias con el método de microgotas es menos precisa que la valoración con el método automático.