Pruebas diagnósticas

En el diagnóstico de las enfermedades tiroideas se evalúa de manera paralela la función de la tiroides y su morfología (→ fig. IV.B.2-1). Se determina si se presentan alteraciones de la función tiroidea, y, simultáneamente, si la tiroides está aumentada y si en su parénquima están presentes los nódulos detectables en la exploración física o visibles en la ecografía. Los resultados normales de las pruebas hormonales y la imagen ecográfica normal de la tiroides permiten terminar el procedimiento diagnóstico, puesto que excluyen la mayoría de las enfermedades tiroideas.