La mayor cantidad de parásitos que causan infestaciones en humanos tiene su nicho ecológico en el tracto digestivo. Las infestaciones parasitarias tradicionalmente incluyen infestaciones protozoarias y helmintiasis. Clasificación de parásitos del tracto digestivo definidos como protozoos y helmintos, y enfermedades que causan →tabla 1 en Diarrea aguda infecciosa.
Infestaciones protozoarias
Los protozoos son un grupo amplio de organismos eucariotas unicelulares. En humanos habitan casi cada segmento del tracto digestivo, salvo el estómago. Son organismos libres (p. ej. Giardia duodenalis) o intracelulares (p. ej. Trypanosoma cruzi, Cryptosporidium parvum). Incluyen tanto patógenos que provocan una enfermedad independientemente del estado inmunológico del huésped, organismos no patógenos (comensales) que forman parte de la microbiota del tracto digestivo, así como organismos oportunistas que provocan enfermedades únicamente en caso de inmunodepresión.
El hábitat de cada protozoo depende de las condiciones ambientales óptimas para el desarrollo de la especie: p. ej. Entamoeba gingivalis habita la cavidad oral, G. duodenalis el duodeno, y Entamoeba histolytica el intestino grueso.
En el caso de los protozoos digestivos, la infestación suele producirse por vía oral durante la ingesta de alimentos y agua contaminados, así como por manos sucias. La ingesta de tan solo unos pocos individuos de protozoos patógenos puede provocar la enfermedad. Algunas infestaciones protozoarias se transmiten por vectores (enfermedad de Chagas).
La sintomatología de las enfermedades protozoarias es muy amplia y depende p. ej. de la localización de la infestación, el estado inmunológico, la duración de la enfermedad (en caso de infestaciones crónicas, p. ej. en la enfermedad de Chagas).
En las parasitosis intestinales, la manifestación principal es el dolor abdominal, con frecuencia asociado a diarrea. G. duodenalis y Entamoeba histolytica son causa frecuente de diarrea del viajero. Las personas con inmunodeficiencias (incluidas personas infectadas por VIH en estadio de sida, trasplantados de médula, o con neoplasia maligna) son particularmente vulnerables a un curso grave o crónico de algunas enfermedades protozoarias. P. ej. la criptosporidiosis puede manifestarse con diarrea crónica, pero los protozoos también pueden localizarse en las vías biliares y provocar colestasis. La infestación por Cryptosporidium es también uno de los factores de riesgo de cáncer de vías biliares.
Un cuadro clínico diferente se presenta en la enfermedad de Chagas →Tripanosomiasis americana (enfermedad de Chagas).
Helmintiasis
Los helmintos son organismos multicelulares causantes de infestaciones en humanos. Se clasifican como platelmintos (cestodos y trematodos) o nematelmintos (nematodos). La infestación se produce por vía oral (consumo de huevos [p. ej. infestación por enterobio, Ascaris lumbricoides, tricocéfalo] o larvas [p. ej. infestación por Taenia solium, Taenia saginata, Diphyllobothrium latum, Fasciola hepatica]), y también por una invasión activa de larvas invasivas (cercarias) por la piel (p. ej. en el caso de Strongyloides stercoralis y Ancylostoma).
Los factores de riesgo incluyen: bajo estándar higiénico-sanitario y contacto de la piel desprotegida con suelo contaminado por heces (p. ej. estrongiloidosis, anquilostomiasis), consumo de pescado crudo (p. ej. Diphyllobothrium latum) y carne cruda (p. ej. Taenia solium y Taenia saginata), consumo de vegetales crudos en los que pueden encontrarse larvas (p. ej. Fasciola hepatica) o huevos (Ascaris lumbricoides), higiene de manos insuficiente (p. ej. enterobio, tricocéfalo). En algunos casos, el pH del jugo gástrico puede facilitar la infección de segmentos del tracto digestivo más distales.
La mayoría de las helmintiasis en humanos desarrollan ≥1 fase del ciclo de vida en el tracto digestivo; y en el caso de enterobio y tricocéfalo es el único hábitat de las formas larvarias y adultas. La mayoría de los parásitos para los que el ser humano es el hospedador definitivo, expulsan los huevos a la luz del tracto digestivo (directamente o con la bilis), y al exterior con las heces.
El espectro de manifestaciones clínicas de infestaciones parasitarias del tracto digestivo es amplio: desde infestación asintomática hasta enfermedad grave (potencialmente mortal). Las manifestaciones clínicas dependen de
1) La localización: los parásitos colonizan el segmento del tracto digestivo distal al estómago, y las vías biliares por vía ascendente. La localización típica para cada género depende de condiciones locales ambientales y de la disponibilidad de alimentos para la forma parasitaria adulta. Por ejemplo, la mayoría de los trematodos (excepto esquistosomas) se localiza en lugares ricos en bilis (Fasciola hepatica, Clonorchis sinensis, Opisthorchis felineus en las vías biliares y la vesícula biliar, y Fasciolopsis buski en el duodeno o el yeyuno). Los enterobios habitan el intestino grueso (los adultos habitan el ciego y el apéndice, pero las hembras migran hacia el ano para poner los huevos). Los esquistosomas (con excepción de S. haematobium) habitan el lecho vascular de las venas mesentéricas y llevan a las alteraciones vasculares secundarias (e hipertensión portal) y causan lesión de la mucosa del intestino delgado y/o grueso, provocando ulceraciones y cicatrizaciones.
2) Alteraciones secundarias de la mucosa causadas por la acción directa o indirecta del parásito que habita en la luz del tracto digestivo.
3) Competencia por nutrientes: puede llevar a desnutrición cualitativa, lo que en países en vías de desarrollo es un problema significativo de salud pública, y es una de las causas principales de desarrollo insuficiente en niños; anemias (p. ej. en la infestación por Diphyllobothrium latum con frecuencia se observa déficit de vitamina B12).
4) Gravedad de la invasión: cuanto mayor sea el número de parásitos individuales, mayor será la intensidad de las molestias y el riesgo de complicaciones; en invasiones masivas puede producirse una obstrucción de un segmento del tracto digestivo (con una obstrucción intestinal o apendicitis) o de las vías biliares (que se manifiesta como ictericia mecánica).
Las manifestaciones clínicas más frecuentes son dolor abdominal, diarrea y pérdida de peso. La eosinofilia se presenta en los casos en los que se produce lesión de la pared intestinal, en las invasiones masivas y en las infestaciones con paso del parásito al lecho vascular u otros tejidos. No es típica en helmintos que habitan únicamente en el tracto digestivo, pero se presenta cuando las larvas migran por los tejidos (p. ej. en la estrongiloidosis y ascariasis) o cuando habitan en el lecho vascular (esquistosomiasis). La infestación por Clonorchis sinensis puede provocar cáncer de vías biliares. Un cuadro clínico diferente se presenta en la equinococosis, en la que la larva del Echinococcus granulosus o Echinococcus multilocularis se localiza en el hígado →Equinococosis alveolar (hidatidosis alveolar) y →Equinococosis quística (hidatidosis quística).
Para el diagnóstico es importante la información sobre la exposición obtenida durante la anamnesis. En las latitudes medias del planeta, donde no suele haber factores de riesgo de infestaciones parasitarias digestivas, muchos casos pueden ser oligosintomáticas, debido a la intensidad leve de la invasión, excepto la enterobiasis. Por eso, en estos casos la información acerca de viajes o ingesta de carne cruda (pescado incluido) puede ser el punto de partida para iniciar el diagnóstico. El método diagnóstico básico de la mayoría de los casos es el estudio de las heces (estudio de huevos, larvas y/o parásitos adultos). Los nematelmintos o tenias pueden confundirse con alimento no digerido, y los huevos con polen (a menudo en caso de ascariasis), por lo que el examen debe realizarse en un laboratorio parasitológico especializado. En caso de invasión masiva, los parásitos a veces pueden objetivarse en las pruebas de imagen y endoscópicas.
La detección de parásitos o sus huevos en el tracto digestivo es indicación para el tratamiento.
TABLAS
Parásitos del tracto digestivo, hígado o vías biliares
Taxón
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Género
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Enfermedad
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Protozoos intestinales
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Amebas (Amoebina)
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Entamoeba histolytica
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Amebiasis (→Amebiasis)
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E. coli
E. dispar
E. moshkovskii
E. bangladeshi
E. hartmanni
E. polecki
E. gingivalis
Endolimax nana
Iodamoeba bütschlii
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No patógenos
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Flagelados (Flagellata)
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Giardia duodenalis
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Giardiasis (→Giardiasis)
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Dientamoeba fragilis
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Diarrea infecciosa (→Diarrea aguda infecciosa)
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Cilióforos (Cilliata)
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Balantidium coli
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Balantidiasis (→Balantidiasis)
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Coccidios (Coccidia)
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Cryptosporidium parvum
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Criptosporidiosis
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Cystoisospora belli
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Cistoisosporosis
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Cyclospora cayetanensis
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Diarrea infecciosa
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Sarcocystis hominis
S. suihominis
S. heydorni
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Sarcocistosis (→Sarcocistosis)
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Microsporidios
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Enterocytozoon bieneusi
Encephalitozoon intestinalis
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Microsporidiosis
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Taxonomía no determinada
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Blastocystis hominis
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Blastocistosis (→Blastocistosis)
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Tripanosomátidos (Trypanosomatidae)
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Trypanosoma cruzi
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Enfermedad de Chagas (→Tripanosomiasis americana (enfermedad de Chagas))
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Helmintos intestinales
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Nematodos (Nematoda)
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Ascaris lumbricoides
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Ascariasis (→Ascariasis)
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Enterobius vermicularis
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Enterobiasis (→Enterobiasis)
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Ancylostoma duodenale
Necator americanus
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Anquilostomiasis (→Anquilostomiasis)
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Trichuris trichiura
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Tricuriasis (tricocefalosis →Tricuriasis)
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Strongyloides stercoralis
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Estrongiloidosis (→Estrongiloidosis)
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Anisakis simplex
Pseudoterranova decipiens
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Anisaquiosis (→Anisaquiosis)
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Trematodos (Trematoda)
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Fasciola hepatica
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Fasciolosis (→Fasciolosis)
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Clonorchis sinensis
Fasciolopsis buski
Opisthorchis felineus
Opisthorchis viverrini
Fasciola gigantica
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Infestación por trematodos tropicales
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Schistosoma mansoni
S. japonicum
S. guineensis
S. mekongi
S. intercalatum
S. malayensis
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Esquistosomiasis (→Esquistosomiasis)
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Cestodos (Cestoda)
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Taenia solium
Taenia saginata
Hymenolepis nana
Hymenolepis diminuta
Diphyllobothrium latum
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Teniasis (→Teniasis)
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Echinococcus granulosus
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Equinococosis quística (hidatidosis quística →Equinococosis quística (hidatidosis quística))
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Echinococcus multilocularis
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Equinococosis alveolar (hidatidosis alveolar →Equinococosis alveolar (hidatidosis alveolar))
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